Al menos 27 muertos en un tiroteo en San Antonio (Texas, EEUU)
El tirador ha sido abatido.
Al menos 27 personas han muerto y otras 24 han resultado heridas durante un tiroteo en una iglesia de Texas (EEUU) protagonizado por una persona que también ha fallecido en el ataque, y que ha dejado decenas de heridos, según informaron autoridades locales.
El incidente ha ocurrido en una iglesia baptista en Sutherland Springs, a 45 kilómetros al sureste de San Antonio (Texas), donde las autoridades han desplegado un fuerte dispositivo policial, que incluye la presencia de agentes del FBI.
El comisionado del condado Wilson Albert Gamez indicó a la cadena de televisión MSNBC que la cifra de muertos ascendía a 27 personas y que había al menos 24 heridos.
La Policía local informó por su parte de que el autor de los disparos ha muerto, según el canal local KSAT12 que no ha precisado las causas de ese fallecimiento.
Por su parte, un policía indicó a Fox News que ya no hay una "amenaza activa" en el templo, que a la hora del suceso se celebraba una misa.
Un testigo dijo a KSAT12 que sobre las 11:30 hora local (17.30 GMT) un hombre armado entró a la iglesia y abrió fuego contra los que se hallaban en el templo.
Otro testigo, un cajero en una gasolinera cercana al templo baptista, señaló a la cadena CNN que escuchó unos 20 disparos "en rápida sucesión mientras se realizaba un servicio religioso".
Poco después, el gobernador de Texas, Greg Abbott, escribió un mensaje en su cuenta de Twitter condenando el ataque.
"Nuestras plegarias están con todos los que fueron perjudicados por este acto malvado. Nuestro agradecimiento a las autoridades por su respuesta", manifestó el gobernador.
PODRÍA SER UN HOMBRE BLANCO DE 26 AÑOS
Aunque las autoridades no revelaron el nombre del atacante, varios medios estadounidenses lo han identificado como Devin Kelley, un hombre blanco de 26 años que murió después de una breve persecución tras enlutar a esta población de menos de 500 habitantes.
TRUMP: "LA SALUD MENTAL ES EL PROBLEMA"
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha asegurado que "la salud mental es el problema" en relación al tiroteo ocurrido ayer en una iglesia baptista en Texas, donde murieron al menos 26 personas, un suceso que calificó de "espeluznante".
"Es un poco pronto, pero está claro que nos encontramos ante un problema de salud mental de alto nivel. Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país (...). Es algo que hay abordar de manera seria", ha dicho Trump en una rueda de prensa en Tokio al ser preguntado por las medidas que deberían ser adoptadas para evitar este tipo de sucesos.
"Ha ido un ataque espeluznante en una iglesia de una zona preciosa; qué triste, quién podría pensar que algo así podría pasar", añadió el líder de la Casa Blanca, que se encuentra de gira en Japón.
Al inicio de la comparecencia ante la prensa junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, Trump hizo referencia al tiroteo, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que EEUU "siempre es más fuerte cuando estamos unidos".
Nada más producirse el tiroteo, el presidente estadounidense escribió en su cuenta oficial de Twitter: "Que Dios esté con el pueblo de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las agencias de la ley están sobre el terreno. Estoy siguiendo la situación desde Japón".
Horas más tarde, durante unas palabras dirigidas a líderes empresariales en la embajada de EEUU en Tokio, el presidente estadounidense calificó la peor matanza de la historia de Texas como un "acto de maldad" que sucedió en "un lugar de culto sagrado".
UNA SEMANA DESPUÉS DEL ATENTADO EN MANHATTAN
El incidente de Texas ocurre además una semana después que un ciudadano uzbeko arrollara peatones y ciclistas en Manhattan con una camioneta, matando a ocho personas, entre ellas cinco argentinos. El EI dijo que el atacante era uno de sus "soldados", contra el cual el presidente Trump pidió la pena de muerte.
Dos años antes, un supremacista blanco, Dylann Roof, entró a la iglesia de Emanuel, en Charleston, Carolina del Sur, símbolo de la lucha de los negros contra la esclavitud, y mató a tiros a nueve personas. En enero pasado, Roof fue condenado a la pena capital.
Todos los años, más de 33.000 personas mueren en Estados Unidos víctimas de las armas de fuego (22.000 de los casos son suicidios), de acuerdo a un estudio reciente. El debate sobre la reglamentación de las armas se relanza tras cada tiroteo, sin que la legislación pueda ser modificada, debido, entre otros motivos, a la influencia ejercida por la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso lobby de las armas.