#MuroDeMentiras: Tres relatos sobre el incumplimiento de la promesa de acogida a refugiados por parte de la UE
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado pone rostro al éxodo que aún espera respuestas por parte de los países socios.
Mañana, 26 de septiembre, se cumple el plazo. Los Estados de la Unión Europea se comprometieron a acoger más de 180.000 personas en dos años a través de los programas de reubicación y reasentamiento de refugiados, pero por el momento apenas han cumplido lo firmado en una cuarta parte. En el caso de España, que asumió el asilo de 17.337 personas, el cumplimiento es aún más bajo, del 11%.
Para denunciar esta demora, que tiene en vilo a miles de inocentes que han escapado de la guerra y la persecución, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha difundido los testimonios de varios refugiados afectados por esta dilación. Historias de huida, de supervivencia y de desesperanza ante una puerta, la de Europa, cerrada a su dolor.
Estas son las historias de Somaya, Nahid, Aisar y Rania.
Somaya, refugiada siria: "Europa es una gran mentira".
Somaya, viuda y con un hijo, consiguió cruzar a Turquía. Allí embarcó a Grecia en un bote hinchable y llegó a la isla de Quíos donde fueron retenidos en un campo militar. Como llegaron a Grecia tras el acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía, no pudieron participar en el programa de reubicación.
Nahid, refugiada iraní. "La policía turca estuvo a punto de dispararnos pero conseguimos escapar".
Nahid se casó y divorció a los 16 años. Llegó a Grecia en barco, cruzando el Egeo desde Turquía, huyendo de la discriminación en su país por sus orígenes iraquíes y sus limitaciones al proceder de una familia humilde.
Aisar y Rania, refugiados sirios en Turquía. "Cuando envié a mi hijo (a Europa) no sabía lo que ocurría en el mar, que las embarcaciones se hundían con la gente dentro".
Mandaron al mayor de sus hijos, de 16 años, a Europa con la esperanza de conseguir así la reunificación familiar. Aisar viajó a Siria a buscar los papeles para la reunificación familiar, tras haber tramitado el permiso de residencia en Turquía. A su vuelta fue detenido y encarcelado por las autoridades turcas y su permiso cancelado. Aisar fue puesto en libertad con una orden de expulsión a Turquía. Su solicitud de asilo fue rechazada. Rania tiene una hernia discal de la que ha sido operada varias veces.