May hará a los empresarios pagar el doble por contratar extranjeros
La primera ministra británica presenta su programa electoral en el que destacan las duras medidas para reducir la inmigración en más de un 60%.
La primera ministra británica, Theresa May, ha dejado clarísimas sus intenciones para el futuro de Reino Unido tras el Brexit. Se muestra absolutamente inflexible con la inmigración, tal y como queda reflejado en el programa del Partido Conservador para las elecciones anticipadas del próximo 8 de junio, en las que May busca fortalecer con una rotunda mayoría parlamentaria su posición negociadora ante el Brexit.
En la presentación del programa electoral, May ha propuesto un encarecimiento de los costes de contratación de extranjeros y que éstos paguen más por recibir atención médica, entre otras medidas. Los inmigrantes tendrán que pagar más por la sanidad: los trabajadores tendrán que pagar una contribución de 600 libras al año (702 euros) y los estudiantes extranjeros, 450 libras por acceder al servicio de salud pública.
"Nuestro objetivo es reducir la inmigración a niveles sostenibles, lo que significa una migración neta de unas decenas de miles, no de cientos de miles, como hemos visto en las últimas dos décadas", ha dicho May este jueves, en Halifax, una ciudad del norte de Inglaterra que votó abrumadoramente a favor de salir de la Unión Europea.
La "migración neta" es la resta de inmigrantes y emigrantes, y es el parámetro más usado por las autoridades británicas. En 2016, hubo 273.000 inmigrantes más que emigrantes.
Primero como ministra de Interior (2010-2016) y luego como primera ministra, May ha asistido a un incremento de la llegada de inmigrantes, atraídos por la bonanza de una economía con un desempleo en mínimos históricos (4,6%, la tasa más baja desde 1975) y un crecimiento sólido desde 2010.
"No hay una receta sencilla que vaya a cambiarlo todo con las cifras de migración neta, pero hay que ir trabajando constantemente en ello", se ha defendido, a preguntas de la prensa, argumentando. "Cuando nos vayamos de la UE, tendremos la capacidad de imponer reglas en el sistema de inmigración que no habíamos podido establecer", ha asegurado.
May también promete en su programa duplicar a 2.000 libras (2.340 euros) la tasa sobre las empresas que contraten a trabajadores extranjeros y reducir la inmigración de países de fuera de la UE.
May adelantó las elecciones, inicialmente previstas para 2020, argumentando que quería fortalecer su posición antes del inicio de los dos años de negociaciones con Bruselas.
Bajo el lema electoral de "un liderazgo fuerte y estable", May y los conservadores se han esforzado en contraponer la figura de la primera ministra a la del cuestionado líder laborista Jeremy Corbyn.
Son las primeras elecciones legislativas para ambos, y la campaña empezó con los sondeos dando más de 20 puntos de ventaja a May, que se han ido reduciendo esta semana.
El último sondeo de Ipsos Mori sigue dando un 49% de intención de voto a los conservadores —constante desde abril—, pero registró un aumento de 8 puntos porcentuales de los laboristas, que ahora tienen un 34%.
La última encuesta de YouGov da un 45% de apoyo a los conservadores —cuatro puntos menos que la anterior— y 32% a los laboristas, un punto porcentual más.
Este jueves, May volvió a reclamar que el país se una tras ella para afrontar "este viaje decisivo". "Es hora de dejar atrás la vieja política, la política tribal, y unirnos por el interés nacional: unidos por el deseo de hacer del Brexit un gran éxito", afirmó.
"Uníos a mí en este viaje, venid conmigo mientras lidero al Reino Unido, fortalecedme en mi lucha por el Reino Unido", sentenció, concluyendo su discurso.
El diario Evening Standard, dirigido ahora por uno de los grandes rivales conservadores de May, el exministro de Finanzas George Osborne, criticó en su editorial que May "insista en seguir cavando" en la inmigración.
"Ya hemos vivido esto. En los pasados siete años, el gobierno no ha sido capaz de reducir significativamente el número de no europeos que llegaban aquí, aunque podíamos", afirma el editorial.
"El comité de expertos sobre inmigración consideraba demasiado dañino para la economía reducir las visas de trabajo; se veía como indigerible el impacto que podía tener en las relaciones intercomunitarias limitar aún más las visas de reunión familiar; y pocos creen que recibimos a demasiados refugiados. No hay más grupos a los que cerrar las puertas. May lo sabe", añadió el diario.