La aspirina puede ayudar a prevenir la metástasis, según una investigación
Catarros, dolores de cabeza, prevención de infartos... y ahora, cáncer. La lista de utilidades de la aspirina, o el ácido acetilsalicílico, no deja de crecer y ha sumado recientemente una de mucha importancia: los científicos creen que la medicina, una de las más consumidas del mundo, puede ayudar a prevenir la expansión de células cancerígenas a partir de un tumor ya formado.
Según publica Scientific American, la investigación que apuesta por el uso de la aspirina contra el cáncer está todavía en desarrollo, pero los descubrimientos apuntan a que la aspirina puede llegar a ser en el futuro un elemento clave que añadir a las actuales terapias contra el cáncer. Por el momento, los científicos trabajan en identificar qué personas podrían beneficiarse más de este nuevo uso y en qué casos podría ser perjudicial.
La clave del recién descubierto poder de la aspirina está en los trombocitos: son uno de los elementos clave de la sangre (las famosas 'plaquetas'), pero también han sido identificados como una pieza fundamental en la expansión del cáncer por el organismo. El equipo del cardiólogo Deepak Voora, de la Universidad de Duke, está trabajando en comprobar cómo afecta la aspirina a las células que dan lugar a los trombocitos, los megacariocitos.
En el transcurso de esa investigación, han identificado al menos sesenta genes que afectan a la manera en que se generan los trombocitos. Pero no sólo eso: también han observado que aquellos que proceden de megacariocitos modificados por el ácido acetilsalicílico no sirven para que las células cancerígenas se camuflen en ellas. O lo que es lo mismo: la aspirina los "reescribe" de tal forma que no pueden convertirse en cómplices de la metástasis.
Queda, eso sí, mucha investigación que hacer para perfilar de qué manera puede la aspirina ser más útil para luchar contra la expansión del cáncer.