Movilización ciudadana para arropar a Mas, Ortega y Rigau ante el TSJC

Movilización ciudadana para arropar a Mas, Ortega y Rigau ante el TSJC

La familia Garfella ha venido a Barcelona al completo. Padre, madre e hija -52, 55 y 19 años- se han subido a su Toyota Yaris a las 6 de la mañana y han recorrido los 100 kilómetros que hay entre Tarragona y la capital catalana para estar este lunes ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). “Si no hubiésemos venido, ahora mismo nos estaríamos arrepintiendo”, explicaba Carles, el padre.

Al igual que otras decenas de miles de personas, los Garfella han querido arropar al expresidente Artur Mas y a dos de sus exconsejeras a su llegada al tribunal, donde se les juzga por haber organizado la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014.

Ni el frío ni el hastío de cinco años seguidos de movilizaciones han frenado esta mañana la movilización independentista. Tampoco el hecho de que la convocatoria fuera un lunes a las 8 de la mañana. El soberanismo ha dado otra muestra de su capacidad de movilización y ha reunido a unas 40.000 personas, según la Guardia Civil.

Las calles del centro han empezado a llenarse temprano. A las 7:30 ya había manifestantes delante del TSJC y en los aledaños del Palau de la Generalitat, de donde ha salido la comitiva de imputados hacia las 8:20. Después de una declaración institucional del president, Carles Puigdemont, Mas y las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau han salido de la Generalitat escoltados por el propio Puigdemont y una amplia comitiva de más de 100 cargos, entre miembros del Govern actual y del anterior Ejecutivo.

El soberanismo ha dado otra muestra de su capacidad de movilización y ha reunido a unas 40.000 personas, según la Guardia Civil.

La comitiva ha tardado más de 40 minutos en recorrer los escasos 1.000 metros que separan el Palau de la Generalitat del TSJC. Arropados en todo momento por gritos de “independencia”, Mas y compañía incluso se han parado ante el Fossar de les Moreres, símbolo del independentismo catalán, para cantar el himno de Els Segadors.

Eran las 9 de la mañana, hora a la que en principio debía empezar el juicio. Entre una cosa y otra, los acusados han llegado al TSJC con media hora de retraso.

La concentración ha estado presidida por una gran pancarta blanca en la que ponía "Love Democracy". Otra del mismo color, justo en la entrada del tribunal, rezaba “El 9N somos todos”, junto a los perfiles de Mas, Ortega y Rigau al más puro estilo Che Guevara. Entre el mar de esteladas habitual también había urnas de cartón como las del 9N y algunas banderas de la Comunidad Europea. Los gritos a favor de la independencia de Cataluña se han complementado con cánticos contra la “justicia española”.

Mientras la comitiva llegaba al TSJC, los aledaños estaban llenos hasta la bandera. Entre los concentrados había una mayoría de jubilados pero también trabajadores autónomos o funcionarios que se habían pedido el día libre para estar en Barcelona. Es el caso de Ana Torra, 51 años, que se ha pedido día de “asuntos propios” en su trabajo para poder venir desde Manresa. “Hoy nos están juzgando a todos”, explica esta profesora de primaria. “Es un momento muy importante para nuestro país”.

A pesar de que entre los manifestantes había mayoría de independentistas, en esta ocasión también se ha podido encontrar catalanes que defienden un referéndum como la mejor manera de dirimir el conflicto soberanista. Es el caso de Pere Rafel, un estudiante de Física de 23 años.

“Mas no es santo de mi devoción, pero más vergonzoso me parece que se le juzgue por una consulta no vinculante. Hoy teníamos que estar aquí”, asegura este joven. “Hoy no se trata de defender la independencia sino de luchar por la democracia”, añade un compañero suyo de facultad.

Los concentrados se han mantenido pegados a la radio para tener constancia de dónde se encontraban los acusados. Desde unos altavoces instalados por la ANC, un speaker ha informado en tiempo real del estado de la marcha. El momento de éxtasis ha llegado sobre las 9:15, cuando desde megafonía han anunciado que Mas, Ortega y Rigau estaban llegando al TSJC. En ese momento han subido los decibelios y los concentrados han gritado al unísono “no estáis solos”.

Por megafonía, la actriz catalana Montserrat Carulla ha asegurado a los concentrados que había llegado el momento "de cambiar el curso de la historia”. Los acusados han llegado ya casi 20 minutos tarde a su cita en los juzgados, pero eso no ha sido óbice para que se hayan subido al escenario instalado ante el TSJC para saludar a los manifestantes.

Una vez los acusados han entrado al tribunal, gran parte de los concentrados ha empezado a recoger para dirigirse a su trabajo. Es el caso de los Garfella, que han vuelto a Tarragona para empezar su jornada laboral un poco más tarde de lo habitual. Otros, como Montserrat Carreño, se han quedado hasta que Mas y compañía saliesen del juzgado: “Me he pedido el día entero en el trabajo, así que me voy a quedar para apoyarlos también a la salida”.

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