Malala se declara con "el corazón roto" tras la prohibición de Trump a la entrada de refugiados
Pocas voces hay en el mundo más autorizadas para hablar del dolor, la persecución y el odio que la joven Malala Yousafzai. La adolescente a la que los talibanes acribillaron a tiros por ser mujer y pretender (oh, delito) estudiar, la chica que ganó por su pelea por la igualdad de derechos el Premio Nobel de la Paz en 2014, ha declarado esta madrugada que tiene "el corazón destrozado" por la decisión de Donald Trump de cerrar las puertas de Estados Unidos a inmigrantes y refugiados. "Ayude a los indefensos del planeta", ha sido su ruego para el nuevo presidente de EEUU.
"Estoy con el corazón destrozado porque hoy el presidente Trump está cerrando la puerta a niños, madres y padres que huyen de la violencia y la guerra", ha dicho la joven de 19 años, atacada en 2012. "En este tiempo de incertidumbre y conflictos alrededor del mundo, le pido al presidente Trump que no le dé la espalda a las familias y a los niños más indefensos del planeta", ha señalado Malala en un comunicado difundido en Nueva York instantes después de la firma del decreto. La medida, añade, es un acto de "discriminación" por el que Washington "ha dado la espalda a su historia".
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Malala, la ganadora más joven del premio Nobel de la Paz, actualmente vive en Birmingham, Inglaterra, tras una recuperación increíble, y viaja por el mundo haciendo campaña por la educación de las niñas y jóvenes.