La absurda toma de posesión que le costó la vida al presidente Harrison

La absurda toma de posesión que le costó la vida al presidente Harrison

White House

Donald Trump está a punto de tomar posesión como presidente de EEUU, así que la idea de que su victoria fue sólo una pesadilla parece totalmente descartada.

Pero hay una nueva esperanza para quienes temen que el magnate convierta el mundo en un reality caótico y cruel: que el suyo sea un mandato corto. Que no tenga mucho tiempo para armar el estropicio, vamos.

Ese anhelo, que unas veces adopta la forma del impeachment y otras adquiere formas más… expeditivas, podría encontrar fundamento histórico en el presidente William Henry Harrison. ¿Estados Unidos tuvo un presidente con ese nombre? En efecto, pero es normal que no te suene. Sólo duró treinta días en el cargo.

Fue en 1841 y la culpa la tuvo el mismo acto de investidura que Donald Trump protagonizará este viernes. Harrison, con 68 años, era el presidente más anciano en tomar posesión hasta la fecha; también era el más arrojado, así que se enfrentó al discurso sin apenas ropas de abrigo.

La valentía le costó la vida: agarró un catarro que, convertido en neumonía, le mató en un mes. Quizás los detractores de Trump se frotan las manos al recordar la absurda muerte de su presidente número nueve y ruegan porque, cosas que pasan, el nuevo se olvide el abrigo a la hora de dar el discurso…

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La llegada, a caballo, de William Henry Harrison a su toma de posesión

Es poco probable que ocurra, porque a Harrison no le mató sólo el hecho de ir sin abrigo. Le liquidó, podríamos decir, una mal entendida entereza de soldado. En Tippecanoe, una refriega simbólica más que una batalla, se convirtió en héroe de guerra. ¿Cómo iba un soldado laureado a ir al Capitolio en un carruaje cerrado? Rechazó el que se le ofreció y optó por acudir a caballo. ¿Cómo iba un curtido veterano a presentarse ante el pueblo que le había elegido envuelto en ropas? El presidente no utilizó ni siquiera un sombrero. ¿Cómo iba a mostrarse un militar hecho y derecho temeroso de la lluvia y el frío? Dio el discurso de inauguración más largo de la historia.

Utilizó 8.445 palabras para explicar la agenda de su presidencia, que no era otra que la del partido Whig por el que se había presentado. Su muerte fue la del programa del partido, que había nacido como oposición a Andrew Jackson y que apostaba por una política intervencionista en economía para apoyar a determinados sectores económicos.

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Invitación a uno de los Bailes de Inauguración celebrados en honor a William Henry Harrison

Pero aún queda un poco para llegar a ese punto en el relato; antes, Harrison todavía tiene que darle unas cuantas balas más a la muerte: rechazará cambiarse la ropa empapada y con esas mismas prendas, recorrerá hasta cuatro bailes de inauguración durante la gélida noche de Washington. En uno de esos bailes, bautizado como Tippecanoe en honor a su gesta, atendió a más de 1.000 invitados.

La extenuante jornada le pasó factura, aunque no de forma inmediata. El día siguiente al de su toma de posesión, William Henry Harrison puso en marcha un programa muy parecido al que Trump tiene en mente: desmontar la obra de su predecesor. Su tarea, sin embargo, quedó a medias. Sólo unos días después, un catarro comenzó a hacer mella en él y acabó postrándole. Le aplicaron opio, cataplasmas, aceite de castor, hierbas medicinales…

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La muerte del presidente Harrison

Nada funcionó. Murió el 4 de abril, justo un mes después de su toma de posesión. La valentía le salió cara.