Sí, el republicano ha vuelto, hoy se sentará de nuevo en el Despacho Oval y, pluma en mano, tratará de tumbar lo hecho en la era Biden. Pero antes viene la fiesta y el regodeo con sus correligionarios.
En las elecciones de julio, el chavista se declaró vencedor en unos comicios de los que nadie ha visto las actas y que los observadores entienden como un fraude. Los opositores toman las calles para reivindicar el vuelco. Todo está en el aire.