El fiscal general de Trump, Jeff Sessions, forzado a renegar del Ku Klux Klan
El senador Jeff Sessions, nominado por Donald Trump para ser el fiscal general de EEUU, ha arrancado este martes su sesión de confirmación en el Senado tratando de despejar con todas las controversias sobre su pasado. "Detesto al Klan y a lo que representa y a su ideología de odio", ha sentenciado.
El Ku Klux Klan (KKK) es la organización supremacista blanca y protestante que ha marcado la Historia de EEUU a base de linchamientos (o sea, palizas, castraciones, y asesinatos) de negros, hispanos, católicos, y sindicalistas. Y a Sessions se le había acusado de ser simpatizante de sus ideas, por lo que ha tenido que desmentirlo tajantemente. De poco parece haber servido, puesto que no ha convencido a personalidades como el afroamericano Cory Booker, demócrata de ambiciones presidenciales, va a dirigirse el próximo martes a sus compañeros de partido para que voten 'no' a Sessions.
No es la única polémica a la que ha tenido que referirse. Sessions también ha rechazado este martes la idea de prohibir a los musulmanes entrar en Estados Unidos con el fin de evitar ataques terroristas dentro del país, una propuesta que había lanzado el millonario neoyorquino durante la campaña presidencial.
"No apoyo la idea de que se les niegue la entrada al país a los musulmanes como grupo religioso", ha dicho Sessions ante el comité judicial del Senado, donde los legisladores evalúan su designación para convertirse en el titular de Justicia de Estados Unidos en el nuevo Gobierno de Trump.
Ante las preguntas de los senadores, Sessions ha asegurado estar en contra de la idea de Trump de implementar un "bloqueo completo y total" de la entrada de musulmanes a Estados Unidos.
SUS POSTURAS EN ASUNTOS CLAVE
Conocido por sus duras posturas en inmigración, a Sessions también le han preguntado sobre el programa de Acción Diferida (DACA), proclamado por el presidente Barack Obama en 2012 y que ha permitido frenar la deportación de más 750.000 jóvenes que llegaron a EEUU de niños y que son conocidos como "dreamers" (soñadores).
El senador confirmó su oposición a la ley, a la que llamó "amnistía masiva" y dijo que apoyaría la decisión de Trump de acabar con el DACA, un programa que puede ser eliminado por el millonario por haber sido puesto en vigor por decreto por el actual presidente.
"Es muy cuestionable, en mi opinión, constitucionalmente esa acción ejecutiva", dijo Sessions.
Frente a la falta de detalles, el senador demócrata Dick Durbin pidió a Sessions que aclarara cuál sería el futuro de los 750.000 jóvenes que gracias al DACA han conseguido frenar su deportación durante dos años y cuentan con un permiso de trabajo.
Sessions no respondió a la pregunta y se limitó a decir que los inmigrantes con antecedentes penales serían los primeros en ser expulsados del país bajo el futuro Gobierno de Trump, una idea que el magnate ya delineó tras las elecciones presidenciales en una entrevista en el canal CBS.
"Fundamentalmente, necesitamos arreglar este sistema de inmigración", subrayó Sessions, quien instó a sus compañeros del Legislativo a reconocer la "mala situación" y a trabajar junto al futuro poder Ejecutivo de Trump para resolver el problema migratorio del país.
En el Senado, Sessions se ha convertido en una de las voces más duras contra los proyectos legislativos que debatió el Congreso en 2007 y 2013 con el fin de abrir un camino a la ciudadanía para algunos de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país.