El Gobierno israelí obliga a retirar una escultura crítica con el primer ministro Netanyahu
Un artista israelí ha provocado un revuelo al colocar sin autorización una gigantesca estatua dorada del primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la céntrica plaza Rabin de Tel Aviv, en lo que él mismo ha calificado de "acto político-artístico subversivo".
La estatua se llama King Bibi (Rey Bibi, el apodo de Netanyahu en Israel), mide más de dos metros y se alza sobre un pedestal de otros dos.
El artista, Itay Zalait, asegura que la ha colocado "en el lugar que le corresponde", la antigua Plaza de los Reyes de Israel, que cambió de nombre tras el asesinato del primer ministro Isaac Rabin por un ultraextremista judío en 1995.
Su color dorado recalca el predominio de Netanyahu, que ha batido el récord de años en el cargo de primer ministro del padre fundador de Israel, David Ben Gurión, y el mensaje se refuerza con la alcaldía de la capital de fondo. Zalait ha confesado al diario Haaretz que su intención era poner a prueba la libertad de expresión en Israel.
"Hay muchas personas que reciben la inspiración de un líder fuerte. Las cosas que nos parecían distantes e irreales han cambiado. Hace dos años nos reíamos de que Trump quisiera ser presidente", explica sobre lo que puede ser interpretado como una crítica al populismo de derechas.
"Lo que he hecho puede interpretarse como una provocación o como una profecía", ha advertido.
YA HA SIDO RETIRADA
La inusual estatua, hecha en madera y polímeros para su fácil traslado, fue instalada por el artista de madrugada sin permiso de la Alcaldía, que antes de las 9:00 locales ya había adosado al pedestal una orden de retirada, so pena de multa.
"Es una higa (gesto de desprecio con el dedo corazón) en la cara. Muestra a los israelíes que también la laica e izquierdista Tel Aviv es parte del régimen de Bibi (Netanyahu)", opina la exconcejala Yael Dayán.
Un joven de 28 años muy religioso citado por Haaretz considera la obra "acorde con la altura (política) de Netanyahu", que ha sabido "ganarse a los israelíes una y otra vez". Otro viandante, Nina Lobel, ha señalado a Reuters que le parece un retrato "horrendo" porque el artista ha querido "mostrarle como un dictador".
El Gobierno y los artistas llevan meses enzarzados en una guerra después de que la ministra de Cultura, Miri Regev, anunciara que quitará la financiación a aquellos que no muestren lealtad al Estado. Tras la retirada de la escultura, Regev ha asegurado que el mundillo del arte israelí "está desconectado" de la realidad y ha calificado la obra como una "expresión de odio".