¡Empieza la sesión!
Este jueves se abre la Puerta de los Leones del Congreso. La legislatura echa a andar simbólicamente con el acto solemne de aperturas de las Cortes. Arrancan las negociaciones, las votaciones, las conspiraciones, las enmiendas, las sesiones de control al Gobierno, los rifirrafes en la tribuna.
Y nada volverá a ser como antes. El Parlamento vivirá una legislatura dominada por la fragmentación y la falta de mayorías claras, que tendrá siempre al Gobierno al borde del precipicio. Ningún grupo se atreve a pronosticar si aguantará cuatro años el Ejecutivo de Rajoy y si España tendrá que ir pronto otra vez a elecciones. Lo que todos tienen claro es que la Carrera de San Jerónimo volverá a ser el epicentro de la vida política tras una etapa pilotada a golpe de decretos redactados en La Moncloa.
El complicado juego de equilibrios ya se ha evidenciado esta semana en las primeras citas parlamentarias después de la investidura de Mariano Rajoy. La oposición ha hecho bloque y se ha anotado dos victorias: el inicio de la tramitación de una proposición de ley del PSOE para frenar la aplicación de la Lomce y el rechazo para nombrar a Jorge Fernández Díaz como presidente de la comisiones de Exteriores o del Tribunal de Cuentas.
El Partido Popular se ha dado de bruces con la nueva realidad parlamentaria. Una cosa es imaginarla y otra vivirla. Esto se expresaba en el propio rostro del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, durante la votación sobre la ley Wert. Los populares tienen que empezar a aplicar la manoseada palabra por su jefe durante la investidura: “diálogo”.
EL CONGRESO PONE A PRUEBA LA "CAPACIDAD" DE PACTAR DEL PP
Según varios diputados populares consultados por El Huffington Post, ahora toca hablar mucho e intentar llegar a “pactos”. “Evidentemente va a ser una legislatura que dependa de los acuerdos que seamos capaces de fraguar”, comenta un popular con asiento en el Congreso. Y en el grupo popular son conscientes de la necesidad de “proximidad y cercanía” del Gobierno con las Cámaras para sacar adelante sus proyectos.
Tras este parón de más de trescientos días, a sus señorías se les acumula el trabajo. En el registro de la Cámara Baja ya hay 45 proposiciones de ley -aquellas presentadas por los grupos parlamentarios- a la espera de ser debatidas y tramitadas. Estas propuestas de la oposición abarcan desde la supresión de las tasas judiciales hasta la subida del salario mínimo pasando por la lucha contra la corrupción y la reforma del Tribunal Constitucional para evitar que pueda actuar contra los cargos catalanes enjuiciados.
Y la normalidad volverá también la semana que viene cuando el presidente del Gobierno y los ministros se tengan que enfrentar a las preguntas de los parlamentarios. El martes por la tarde tendrá lugar la primera sesión de control en el Senado, a la que acudirá el jefe del Ejecutivo diecisiete meses después de la última vez. Al día siguiente también volverá a la sesión de control en el Congreso de los Diputados.
EL GRAN EXAMEN: LOS PRESUPUESTOS
Pero el gran desafío al que se medirá el Gobierno será la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Es la ley más importante cada año. Rajoy ya ha avisado de que si no logra sacarlos adelante, será muy difícil que la legislatura pueda seguir. Si al final lo logra, según fuentes populares, Moncloa se aseguraría una legislatura de dos años como mínimo -ya que tendría cuentas públicas para 2017 y podría prorrogarlas en 2018-.
Por el momento, el Gobierno tiene previsto aprobar el techo de gasto -el máximo que puede gastar el Estado- en alguno de los consejos de ministros que quedan en el mes de noviembre. Este es el primer paso para elaborar los presupuestos, que podrían llegar a la Cámara Baja en el mes de diciembre. El Ejecutivo ya está manteniendo reuniones con representantes de otros partidos para sondear posibles apoyos y emitiendo señales para lograrlos como la probable flexibilización de los objetivos de déficit para las autonomías.
El PSOE ya ha avisado de que es muy difícil que dé su respaldo a las cuentas públicas. Los socialistas hablan de “chantaje” cuando el PP esboza la posibilidad de ir a elecciones ante la falta de apoyo a las cuentas. Una de las vías por las que podrían salir los presupuestos sería gracias a pactos con partidos diferentes en cada capítulo a través de enmiendas transaccionales.
EL PSOE Y PODEMOS, LA LUCHA POR LIDERAR LA OPOSICIÓN
Una de las incógnitas que plantea precisamente la legislatura es quién ganará la batalla por ser el rostro de la oposición. Los socialistas están empeñados en ser la cara contra Rajoy, pero tienen el problema de haberse abstenido. Unidos Podemos se proclama como el auténtico contrapeso al PP, pero tiene menos diputados y la dificultad de que tanto el PSOE y Ciudadanos les sigan en todas sus propuestas para gloria de los de Pablo Iglesias.
Los socialistas están intentado capitalizar en estos primeros días esa imagen de haber liderado la propuesta contra la Lomce y la paralización del nombramiento de Fernández Díaz. De hecho, según fuentes del PSOE, se ha elevado la presión contra el grupo parlamentario popular y también contra el Gobierno a través de la gestora -por ejemplo, en el caso del exministro del Interior-.
Los miembros del Gobierno estudian estos días cómo hacer frente al nuevo escenario parlamentario. La todopoderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, está tocando sus teclas y manteniendo contactos con dirigentes de otros partidos como Íñigo Errejón (Podemos), Aitor Esteban (PNV) y Ana Oramas (CC). También están empezando a acercarse a los otros partido los ministros Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, tanto con socialistas como con Ciudadanos.
El foco puesto en el Parlamento está tamizando también los nombramientos de la nueva administración Rajoy. Tras la designación de los ministros, empieza a configurarse el segundo nivel con secretarios de Estado y subsecretarios -elementos clave para el funcionamiento del transatlántico burocrático y para la negociación y aplicación de las leyes-. El Congreso se ha convertido en una gran cantera. De Guindos ha fichado a la diputada Irene Garrido para que sea la nueva secretaria de Estado de Economía, mientras que Montoro se ha llevado al parlamentario jienense José Enrique Fernández de Moya como secretario de Estado de Hacienda. En la primera hornada de nombramientos, Álvaro Nadal también ha tirado de la Carrera de San Jerónimo y ha colocado a Matilde Asián como secretaria de Estado de Turismo y Dolors Montserrat ha escogido a Julia de Micheo como su jefa de gabinete. Necesitan todos los posibles contactos en la Cámara Baja.
Bienvenidos, señorías, a las Cortes versión 2016. ¡Empieza la sesión!