Los cuatro días de presión que forzaron la renuncia de Soria

Los cuatro días de presión que forzaron la renuncia de Soria

GTRES

Sobre las 18:00 horas del martes saltaba la noticia. José Manuel Soria, exministro de Industria e implicado en los 'papeles de Panamá', renunciaba al cargo de director ejecutivo del Banco Mundial.

Lo hacía tras cinco días de gran presión política y social desde que el Ejecutivo en funciones presidido por Mariano Rajoy anunciara, en pleno debate de investidura, que postularía al exministro para dicho puesto. Cinco días en los que las críticas a dicho nombramiento han procedido, no sólo desde sectores de la oposición, sino también desde el propio Partido Popular.

Así han sido estas cinco jornadas de intensa presión para forzar la renuncia de Soria.

Mientras en el Congreso de los Diputados se vota la investidura fallida de Mariano Rajoy, el Gobierno en funciones anuncia que propondrá a Soria como candidato de España para ocupar el puesto de director ejecutivo del Banco Mundial entre noviembre de 2016 y octubre de 2018. Un cargo por el que Soria, que renunció como ministro por aparecer en los denominados papeles de Panamá como administrador de una firma afincada en un paraíso fiscal, cobraría 226.000 euros anuales.

Esa misma noche, hasta el que había sido socio del PP para la investidura fallida de Rajoy, Albert Rivera, criticaba la decisión a través de Twitter:

Al día siguiente muchos en el PP sorprendieron con sus críticas al nombramiento de Soria. La primera, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que prefirió no pronunciarse sobre el tema aunque añadió: "Tendrán que explicarlo quienes le hayan nombrado".

Desde Castilla y León, el presidente de la región, Juan Vicente Herrera, reconoció que su "opinión política sobre Soria es manifiestamente mejorable" y pidió a los periodistas que no le "apretaran" mucho sobre este asunto.

La más crítica de todos fue Rosa Valdeón, número dos de Herrera en el Ejecutivo castellanoleonés, quien publicó estos dos tuits criticando el nombramiento:

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Esta reacción desde las filas del PP hizo que la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, tuviera que salir a dar explicaciones. "Tiene la carrera y vuelve para seguir con su carrera, y no dejarle que trabaje en un puesto relacionado con su carrera profesional no lo entiendo demasiado", dijo la 'número dos' de Rajoy, que apuntó a que Soria era el designado porque tenía "el mejor currículum".

Lo que quizás no recordó Cospedal es que este fue el currículum que el Ejecutivo de Rajoy envió en 2014 al Foro Económico Mundial de Davos para justificar la presencia del entonces ministro. Exacto. Vacío.

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El domingo por la mañana, desde China, llegaba la primera reacción del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que defendió la decisión de nombrar al exministro de Industria. "¿Si un funcionario no puede ser funcionario, esto qué es?", se preguntó. "¿Qué se va a hacer? ¿Se le echa de España? ¿Te vas del Gobierno y no puedes volver a la función pública?", prosiguió Rajoy.

También el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, defendió la designación de su excompañero en una rueda de prensa desde China en la que dijo que no se podía negar la candidatura de Soria a un puesto que, según él, no es de carácter "político" sino de tipo "administrativo".

"El señor Soria ya no es político pero no ha perdido su condición de funcionario público", dijo Guindos, que consideró que sería "ilegal" negar al exministro el cargo que había solicitado porque "no está imputado ni inhabilitado".

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Ese mismo día, el periodista Máximo Pradera abría en la plataforma Change.org una recogida de firmas para pedir al Banco Mundial que vetara a Soria como director ejecutivo. Una iniciativa que logró reunir más de 290.000 firmas antes de la renuncia final del exministro.

El lunes se le volvió a hacer cuesta arriba al PP después de que, con las primeras luz del día, tres de sus dirigentes más destacados cuestionaran el nombramiento de Soria.

El primero, Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia y candidato a la reelección, quien reconoció que la decisión era "difícil de entender para mucha gente" que había una evidente "polémica" y que el Gobierno debía "dar explicaciones".

La segunda, Esperanza Aguirre, clásico 'verso suelto' del PP, que criticó el "momento" elegido para nombrar a Soria. "El hecho de que justo dos minutos después de la votación de investidura fallida se haga pública esta noticia, hace que la oportunidad sea muy cuestionable", dijo Aguirre, quien evitó dudar sobre "la legalidad del nombramiento".

Y por último, de nuevo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que sentenciaba que el nombramiento "no debía haberse llevado a cabo".

Además, el resto de partidos políticos se lanzaron en tromba a criticar la decisión. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, advirtió de que "cuatro años más de Rajoy sólo nos traerán más casos Soria". El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, tildó de "inconcebible" el nombramiento, mientras que Alberto Garzón, coordinador federal de IU, lo calificó de "barbaridad".

Desde Ciudadanos, su número dos, José Manuel Villegas, consideró "inaceptable" que el Ejecutivo promocionara a Soria porque "afecta a la marca España" y "no cumple con los mínimos criterios de moralidad".

Críticas ante las que tuvo que volver a salir al paso Rajoy, todavía en China. El presidente en funciones insistió en que Soria es "un funcionario" pero añadió que había participado "en un concurso" para optar al puesto. "Estamos hablando de un funcionario que está actuando como tal. Ha abandonado la política, ha concursado por una plaza", aseveró.

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Aquí comenzaban las diversas explicaciones desde el Gobierno. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, no hablaba de concurso sino de que su nombramiento era a propuesta "de una comisión técnica" y "de acuerdo con el escalafón". Por su parte, el ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, afirmaba que el Gobierno "no tuvo ni arte ni parte" en su designación.

El martes amaneció con la noticia publicada por El Confidencial según la cual el nombramiento de Soria como director ejecutivo del Banco Mundial no tenía nada que ver con un concurso. Según este diario, la convocatoria nunca se hizo pública y no se encontraba en la web del Ministerio de Economía.

La razón, según El Confidencial, es que, pese a lo que dijo Rajoy desde China, "la convocatoria no incluye como requisito ser funcionario". "Ser alto funcionario como Soria se tiene en cuenta, pero eso no excluye que se pueda designar a un no funcionario ni que pueda haber candidatos de fuera de la Administración", explica este diario.

Esto ha provocado una nueva ola de críticas desde la oposición, donde se acusa a Rajoy de "mentir" en favor de Soria. Así lo ha hecho el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, que ha anunciado una petición conjunta con Unidos Podemos para que el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, compareciera urgentemente en el Congreso de los Diputados.

"Porque nos está mintiendo y engañando cuando ahora sabemos que es un nombramiento a dedo y discrecional. Es una recompensa en diferido del señor Rajoy a Soria después de obligarle a dimitir en plenos papeles de Panamá", ha afirmado Hernando.

La proposición de PSOE y Unidos Podemos elevaba la presión sobre el Gobierno en el 'caso Soria' y ha acelerado la renuncia del exministro al cargo al que iba a ser propuesto.

Aunque para el político canario todo esto ha sido una "desproporcionada" utilización política, lo cierto es que la presión social y política han hecho ceder los cimientos de una decisión que nació con pies de barro.