El rey no iniciará de momento nuevas consultas con los grupos parlamentarios
El rey Felipe VI no iniciará de momento nuevas consultas con los grupos parlamentarios tras la investidura fallida de Mariano Rajoy, según ha anunciado este lunes la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quien ha precisado que los partidos tienen ahora tiempo para que sigan negociando antes de convocarlos nuevamente.
Ahora, ha asegurado Pastor, las formaciones políticas podrán llevar a cabo "las actuaciones que consideren pertinentes" y el monarca mantendrá un contacto "regular y permanente" con ella. La presidenta de la Cámara ha asegurado que el rey ha hecho un llamamiento a los partidos en favor del "diálogo, la concertación y el compromiso".
La presidenta del Congreso se ha reunido con el rey en La Zarzuela para comunicarle formalmente el resultado de la investidura fallida de Rajoy, que obtuvo 180 votos en contra frente a 170 a favor en segunda votación celebrada el viernes pasado en el Congreso.
Tras el encuentro, la Casa del Rey ha difundido un comunicado en el que el jefe del Estado recuerda varios aspectos de su último mensaje de Navidad. En este sentido, subraya que "en un régimen constitucional como el nuestro, las Cortes Generales son la sede donde, tras el debate y el diálogo entre las fuerzas políticas, se deben abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional".
PLAZO HASTA EL 31 DE OCTUBRE
Una vez que fracasó el viernes pasado la investidura de Rajoy, para que se celebre un nuevo debate de investidura es obligatorio que el monarca abra una nueva ronda de consultas con los partidos y encargue la formación de gobierno a un candidato, que podría ser de nuevo Rajoy o alguien distinto.
Ahora bien, el plazo para tramitar otras propuestas de candidatos a la investidura expira el próximo 31 de octubre, según el límite que fija la Constitución española en su artículo 99.
También podría ocurrir que el jefe del Estado no nombrase ningún candidato a la investidura, si los partidos no avanzan en sus negociaciones para formar gobierno.
Si esto ocurre, o si no prosperan nuevas investiduras aunque se intente, el rey se vería de nuevo abocado a disolver las Cortes y convocar elecciones, que caerían el día de Navidad a no ser que los partidos tramiten una iniciativa legislativa para adelantar la fecha.