Franco y Gianni cumplen su sueño: se casan a los 80 años en Turín
La alcaldesa de Turín, Chiara Appendino, se conmovía y se mostraba orgullosa después de haber celebrado la primera unión civil de la ciudad. Se emocionó durante la ceremonia y también después. Ellos, Franco y Gianni, estaban “felices y contentos”. Era un nuevo comienzo para los dos esposos octogenarios, que contrajeron matrimonio en la ciudad italiana después de 52 años juntos. Han dicho sí: finalmente están unidos también ante el Estado Italiano.
Con alegría, Franco y Gianni, de 83 y 79 años respectivamente, saludaban y agradecían la presencia de los amigos que estaban con ellos. También a los ciudadanos que querían estar presentes. Una madre abrazaba a Franco y le daba las gracias por su gran conquista social. Franco respondía así: “Debéis enseñar a vuestros hijos a no tener miedo. En mis tiempos si te declarabas homosexual corrías el riesgo de acabar en el manicomio”. Los tiempos han cambiado.
En Turín ya no se habla de familia sino de familias, desde el 6 de agosto reconocidas también institucionalmente. Ellos —lo han declarado en múltiples ocasiones a la prensa— siempre se han sentido una familia. A la salida, después de la celebración, inmortalizaron el momento con un marco de cartón que señalaba el valor y el significado de la palabra familia.
La felicidad fue auténtica para todos, también para los 16 invitados a la fiesta, que estuvieron acompañados por un repertorio de música clásica. También los festejaron los periodistas, una delegación del Torino Pride y el asesor para las familias Marco Giusta.
Tras ver el alboroto de cámaras de televisión y fotógrafos en la entrada, los esposos confesaron que no se esperaban semejante atención y revuelo: “Ha sido un camino difícil, hoy no esperábamos estas cámaras de televisión, pero estamos realmente felices”.
Son religiosos y creyentes, devotos de la Virgen de Lourdes, y precisamente Lourdes han elegido como destino para su viaje de novios: una forma de darle las gracias, dicen, por el regalo recibido. Celebraron su gran día con una comida íntima con los amigos de siempre en una restaurante de la zona de Avigliana.
Ha vuelto a nacer en ellos aquella esperanza que casi habían dejado de sentir. Veían Italia como un país estancado que no caminaba, mientras el resto de Europa miraba hacia delante. Después llegó la ley y la veloz decisión de unir aquello que, en realidad, ya estaba unido. Lo hicieron mediante un procedimiento urgente, ya que Franco y Gianni no podían esperar más. Monica Cirinnà, la autora de la ley, autorizó la unión con un telegrama que llegó a la pareja antes del momento del sí.
Un ramo de flores de colores aportó el toque de alegría y perfume a una jornada de fiesta. Un beso selló el amor verdadero y los novios abandonaron los juzgados en un coche con un lazo blanco. Franco y Gianni, cogidos de la mano, hoy y siempre.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición italiana de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del italiano por Uxía Prieto