Abbey D'Agostino y Nikki Hamblin: la preciosa historia detrás de su abrazo
La atleta neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D'Agostino han entrado penúltima y última respectivamente en la primera ronda de la prueba de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos. Pero ambas se han hecho un hueco en la historia de las Olimpiadas gracias a su gran deportividad
En una prueba que dominaba con autoridad la etíope Almaz Ayana, flamante campeona de la medalla de oro en los 10.000 metros en Río y que acabó ganando la serie, Hamblin y D'Agostino se fueron al suelo al chocar esta última con otra rival y llevarse por medio en su caída a la oceánica.
Lejos de recriminarse o de seguir corriendo luchando por estar en la final de los 5.000 metros, la estadounidense quiso redimirse de su error, totalmente en una acción fortuita, y ayudó a Hamblin a levantarse para continuar.
LOS VALORES DEL DEPORTE OLÍMPICO
Y ahí se dio cuenta D'Agostino que tenía dolor en su rodilla. Tanto que se tuvo que tirar de nuevo al suelo con gestos de dolor. Hamblin, que sí tenía fuerzas para continuar de inmediato, le devolvió el gesto y no solo la ayudó preocupándose por su estado sino que la animó a seguir corriendo para terminar la prueba.
Un gesto con el que sin quererlo rememoraron los valores del deporte olímpico, sacando la mejor parte del deporte, y con el que se hicieron protagonistas en las redes sociales. Hamblin entró penúltima en meta con un tiempo de 16:43.361, más de minuto y medio después que Ayana, mientras que D'Agostino, que entró con síntomas de dolor, firmó un 17:10.02.
Tiempos que, dejándolas fuera de la final, para nada serán olvidados pues Hamblin esperó a la estadounidense para fundirse ambas en un abrazo final que puso el broche a su participación en la distancia en los Juegos de Río. Una imagen que, junto a la de la ayuda mutua para no ceder ante el dolor y los contratiempos, serán su legado en esta cita olímpica.