Italia no volverá al nivel previo a la crisis hasta mediados de la próxima década
La economía italiana se recupera gradualmente de una prolongada recesión gracias a la política monetaria expansiva, los bajos precios de las materias primas y el apoyo de la política fiscal, aunque sólo recuperará los niveles anteriores a la crisis a mediados de la próxima década, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para el país transalpino a raíz de la victoria del 'Brexit' en el referéndum del pasado 23 de junio.
"Los riesgos están inclinados a la baja, incluyendo la volatilidad de los mercados financieros, una oleada de refugiados y los vientos en contra de la ralentización del comercio mundial", ha advertido la institución internacional en las consultas para la elaboración de su informe anual sobre Italia.
Tras conocer estos datos, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha asegurado este lunes que la reducción de las previsiones de crecimiento en los países de la Unión Europea afecta a "todos" tras el Brexit, después de conocerse las estimaciones para su país del FMI.
"Todos han reducido las estimaciones de crecimiento tras el Brexit, habrá en breve una ralentización de la economía para Europa pero a medio plazo los daños los sentirán más los ingleses", ha dicho Renzi.
El jefe del Gobierno italiano ha hecho solo una breve referencia a la situación de la banca en su país, en una profunda crisis cuya solución el Ejecutivo de Roma negocia actualmente con las autoridades de la Unión Europea.
Pero únicamente ha repetido un mensaje dirigido a los depositantes en los bancos italianos que ya había lanzado la víspera: "Quienes tienen depósitos en el MPS (Banca Monte Paschi di Siena) pueden dormir tranquilos, es una cuestión que tiene relación con una gestión muy discutible del pasado".
Renzi ha declarado el lunes estar "más preocupado" por la exposición a los derivados en bancos de otros países europeos que por "los créditos morosos de la banca italiana".
El jefe del Gobierno italiano ha asegurado, sin dar precisiones, que un acuerdo en el seno de la Unión Europea (UE) en relación con la elevada exposición de la banca italiana a los créditos fallidos "con las reglas actuales está al alcance de la mano".
REZCHAZO AL RESCATE DESDE ALEMANIA
Sin embargo, en Europa hay preocupación. Conservadores y socialdemócratas alemanes, aliados en la gran coalición de gobierno que lidera Angela Merkel, rechazan la posibilidad de rescatar con fondos públicos los bancos italianos con problemas y exigen respetar las reglas aprobadas por los socios europeos.
"Las reglas para la liquidación ordenada y la reestructuración de los bancos en crisis deben ser también respetadas por el Gobierno italiano", subraya en declaraciones al grupo de medios Redaktionsnetzwerk Deutschland el portavoz parlamentario de Economía de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, Joachim Pfeiffer.
Rechaza así que Roma pueda realizar una inyección de fondos públicos en los bancos sin aplicar quitas a los inversores, vulnerando la normativa diseñada precisamente para evitar que los contribuyentes tengan que rescatar o financiar la reestructuración de las entidades en quiebra.
Principales partidos alemanes rechazan el rescate público de la banca italiana
Tras reprochar al Ejecutivo de Matteo Renzi que no se actuara tras los malos resultados de las entidades financieras italianas en los test de solvencia de 2014, el portavoz conservador advierte de que una ruptura de las reglas sería "inaceptable".
En la misma línea se manifiesta su vicepresidente del grupo socialdemócrata, Carsten Schneider, al avisar de que la credibilidad de las reglas aprobadas para proteger a todos los contribuyentes europeos no puede ponerse en cuestión en la primera ocasión.
Sus opiniones son también respaldadas por el presidente del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno alemán, los llamados "cinco sabios", el profesor Christoph Schmidt.
En declaraciones al diario Rheinischen Post, Schmidt recuerda que las normas están recién aprobadas y considera que "ser fieles a ellas sería un camino para recuperar la confianza perdida en la estabilidad de la unión monetaria".
El economista asume que es "incómodo" para el Gobierno italiano obligar a los acreedores, que son votantes, a asumir pérdidas, pero insiste en que no se pueden romper las leyes para proteger a los pequeños accionistas.
A su juicio, si hay consenso en Italia sobre la necesidad de protegerlos, la solución podría ser realizar el rescate interno o bail-in establecido por la normativa europea, es decir, aplicar pérdidas en los accionistas y acreedores antes de tener que recurrir a fondos públicos, y después compensar a esos inversores minoristas a través de los presupuestos.