Los 'hipsters de derechas' cada vez tienen más poder en Austria
Martin Sellner tiene el aspecto de un modelo de H&M. Pero detrás de la sonrisa de este estudiante de Filosofía de 27 años se esconde la nueva cara de la extrema derecha europea.
Sellner es el cofundador del Identitären Bewegung (Movimiento Identitario), un grupo de jóvenes austriacos en contra de la inmigración que se describen a sí mismos como "hipsters de derechas".
En Austria, la popularidad del IB —como lo llama Sellner para abreviar— está creciendo. Se consideran a sí mismos el movimiento juvenil de derechas con más éxito de Europa, cosa que hace que la preocupación vaya en aumento.
¿Hasta qué punto los miembros de IB han capturado el espíritu de la extrema derecha austriaca? Basta con observar el rápido crecimiento que experimentó el número de miembros el año pasado y con fijarse en el aumento de la atención mediática que suscitaron las teatrales excentricidades del grupo con motivo de las elecciones presidenciales del 22 de mayo en Austria.
Si a eso se le añade la más que probable victoria de Norbert Hofer, el candidato a la presidencia del Partido de la Libertad de Austria —de extrema derecha—, en parte gracias al apoyo de Sellner y sus seguidores, entonces puede que los miembros de IB vean cómo predomina su ideología extremista, enmascarada tras rostros jóvenes, antes de lo que creen.
Un "Greenpeace patriótico"
IB es el vástago de Génération Identitaire, un movimiento juvenil francés similar, y Sellner es plenamente consciente de la imagen que da el grupo. En sus entrevistas habla con cuidado y se esfuerza por distanciarse de la dura imagen histórica de la extrema derecha. Sellner se refiere a su grupo como un "Greenpeace patriótico".
Entre sus modelos a seguir se encuentran los líderes de la Rosa Blanca, un grupo de activistas antinazis e intelectuales que oponían resistencia al dictador Adolf Hitler. Teniendo en cuenta estas influencias, no sorprende que los miembros de IB hayan adoptado los métodos de protesta que utilizaban los movimientos ecologistas y de izquierdas de la década de 1960.
Puede que sus métodos sean parecidos, pero los objetivos de IB no podrían ser más distintos de los de las organizaciones liberales en los que se han basado estos fanáticos de extrema derecha.
El movimiento quiere una sociedad sin inmigración (y especialmente sin musulmanes). Quieren que no venga más gente a Europa y que la mayor parte de los inmigrantes y refugiados que ya consideran a Europa su hogar se vayan.
Aunque estas posiciones no encajen con la imagen que tan cuidadosamente ha creado Sellner, el origen de su radicalismo se remonta a 2008. Estas fotos revelan a un joven amargado que ayudó a liderar manifestaciones neonazis en Austria y que organizó peregrinajes y actos conmemorativos a soldados de la Wehrmacht (la Fuerza de Defensa nazi).
Actualmente, Sellner afirma que ha roto con su pasado neonazi y que la popularidad del nazismo entre los jóvenes es un síntoma de fracaso en la sociedad. Insiste en que el Movimiento Identitario es distinto.
"Cualquiera que lea nuestros textos y que vea nuestras acciones se dará cuenta de que dibujamos una línea entre nosotros y la extrema derecha en lo que respecta al contenido y a la actitud. Reafirmamos nuestra democracia", explica Sellner.
"Nuestra posición expresa los sentimientos fundamentales de una generación entera, o de una era entera", sostiene.
El "Greenpeace" de Sellner se vuelve siniestro
Sellner parece disfrutar de la atención que han atraído las acciones de IB estas últimas semanas.
Ya hay cientos de miembros de IB en Alemania y en Austria y el grupo sigue creciendo a buen ritmo.
Unas semanas antes de nuestra entrevista, él y varias personas —estudiantes en su gran mayoría— interrumpieron la representación de la obra de teatro Die Schutzbefohlenen, del ganador del premio Nobel Elfriede Jelinek, en la que participaban actores refugiados. Se subieron al escenario, lo rociaron con sangre falsa y desenrollaron una pancarta que rezaba "hipócritas".
Siguiendo su primitiva lógica, los miembros de IB tenían la intención de que esa intervención sirviera como recuerdo de las víctimas de los ataques terroristas que tuvieron lugar en París y en Bruselas. También querían atraer la atención sobre su opinión de que los refugiados son una amenaza para la seguridad europea.
"Habéis camelado a violadores y habéis traído el terror a Europa. Hay gente que ha tenido que morir por culpa de vuestra ignorancia e hipocresía", escribieron en un comunicado dedicado al público de la obra. "Tenéis las manos manchadas de la sangre de la sala Bataclan y de la sangre de Bruselas".
"Palabras duras para momentos duros"
El siguiente objetivo de los miembros de IB fue un tejado. Sellner y el resto de su grupo se subieron al tejado del Burgtheater de Viena (Austria) justo antes de la representación de una obra de Jelinek para lanzar panfletos a la calle con el fin de protestar por la representación.
La invasión del tejado recordaba más a una película de James Bond que a una acción de un grupo de extrema derecha.
(Puedes seguir leyendo tras el vídeo...).
Poco antes del incidente que tuvo lugar en el Burgtheater, la presidenta de la Asamblea Nacional austriaca prestó su protección a los integrantes de la producción teatral. "Hace poco tiempo, una joven fue brutalmente violada por tres solicitantes de asilo cerca de la estación de Praterstern. ¿Dónde está la protección personal para nuestras mujeres, hipócritas?", reclama Sellner en un vídeo del incidente que fue publicado más adelante en Internet.
"Es obvio que son palabras duras, pero es que vivimos momentos duros", intenta razonar Sellner para justificar los últimos actos extremistas de su grupo.
"0% racismo"
Los miembros de IB no se consideran "nacionalistas", sino que prefieren que se les conciba como "patriotas" que promueven la "pluralidad étnica", un término que significa que no hay ningún problema con la existencia de otras culturas y otras religiones, siempre y cuando se queden en sus países.
Somos "0% racismo y 100% identidad", afirma Sellner. Quedan perdonados los que no vean el matiz de su argumento.
El estudiante de Filosofía advierte de un "gran cambio" en Europa. Según él, los musulmanes pronto serán mayoría y eso destruirá la identidad de las culturas europeas. En sus propias palabras, pronto Viena parecerá El Cairo y Berlín, Estambul.
"Los defensores de la multiculturalidad lo conciben como algo enriquecedor", comenta. "Nosotros lo vemos como algo peligroso".
Las ideas concretas para un cambio de política que surgen de las teorías de Sellner acaban con un "Cerrad las fronteras". El líder de IB no está seguro de si a los inmigrantes que quieren integrarse en la sociedad se les permitirá quedarse en el país. ¿Y qué hay de los barrios de mayoría inmigrante de las ciudades europeas? Según Sellner, están conformes con ellos, siempre y cuando no crezcan.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición alemana de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros y Lara Eleno Romero.