¿Estudias o bailas? Así se marca el ritmo en el trabajo
Cambia el tedio y el cansancio por ganas de comerte el mundo. ¿Cómo? Sabemos que no tienes un uniforme impecable que levante admiración allá por donde vaya y te haga sentir que eres el mejor. Pero tampoco lo necesitas, porque siempre tendrás un Aquarius a mano que te levante el espíritu. Como ellos, hagas lo que hagas, cambia el chip y vente arriba.
¿Se puede tener un 'subidón' barnizando madera? Esta chica está tan ensimismada en su trabajo como en la música, tanto que no tiene ni se le pasa por la cabeza que la estén grabando. Su reacción, cuando se da cuenta, no es la mejor... Definitivamente le han cortado el rollo.
En realidad no entendemos lo que cantan estos labradores, pero sospechamos que algo tiene que ver con la tierra que trabajan. El ritmo, la cordinación, una coreografía perfecta que no tiene desperdicio. Un duro trabajo que, al menos en apariencia, ellos parecen llevar con alegría.
Si la fe mueve montañas, la música levanta casas. Todo sirve para marcarse una cumbia instrumental con cualquier cosa que se tenga a mano. Con un poco de práctica y esas ganas de pasarlo bien tal vez consigan cambiar la obra por las salas de conciertos. Y si no, que les quiten lo bailado.
Para que luego digan que Elvis no sigue vivo... Lo está y es omnipresente, porque su espíritu se encuentra en cualquier rincón de planeta. ¿Qué mejor momento para marcarse un "rock and roll" que mientras se realiza la limpieza del autobús? Así, estamos seguros que quedará como una patena.
Un minuto de descanso da para mucho. Y si no que le pregunten a estos rusos, que lejos de hablar del tiempo o tomarse un café se atreven a realizar una coreografía bastante digna. Eso sí, al jefe, que les pilla in fraganti, parece que no le gusta mucho.
No sabemos qué desayunan en esta oficina india, pero debe ser algo fuerte. Bollywood para empezar el día y muchas ganas de pasarlo bien. Todo genial, pero ponerse a 'currar' después de esto no debe ser fácil...
Viernes, faltan cinco minutos para la hora... Alguien pone música y... Empieza la fiesta. ¿Hay mejor forma de acabar la semana que bailando en la oficina con los compañeros? Sí, librando el viernes, pensará alguno.
Chica tímida, poco habladora, recatada. Hasta que se van todos y entonces... Aparece ella, un auténtico animal de la actuación capaz de convertir un tenedor en micrófono. Y así cada día, hasta que alguien descubra su secreto en youtube.
Ir al dentista es necesario, pero plato de buen gusto para muy pocos. Revistas manoseadas y música insípida en la sala de espera. Y a la hora de la verdad, anestesia, utensilios hostiles y profanación bucal. Claro que si todos fueran como este odontólogo, otro gallo cantaría.