5 conclusiones sobre el primer debate entre Sanders y Clinton tras New Hampshire
Por norma, un debate en Estados Unidos en plena carrera por la nominación para ser el candidato de un partido, interesa bastante. Pero si a esto se le suma que los que intervienen son los demócratas Bernie Sanders y Hillary Clinton, justo después de las primarias en New Hampshire que han puesto al rojo vivo la campaña, entonces la fiesta está garantizada.
Nada más comenzar el debate, celebrado en Milwaukee (Wisconsin) y organizado por la televisión pública PBS, algo fue evidente: el tono entre ambos candidatos se volvió más duro y contundente. Sanders sabe que está en racha y Clinton que no puede permitirse ni una derrota más. Por eso, se tocaron temas clave en toda campaña presidencial estadounidense que se precie, conscientes ambos de que ha llegado ese momento en el que no se puede fallar.
Nada más empezar, las moderadoras preguntaron a Sanders cuánto calculaba que la aplicación de sus programas podría aumentar el volumen del Gobierno federal en caso de que él fuese elegido presidente, y tras la respuesta del senador, Clinton intervino sin que se le ofreciese la palabra.
"En base a las propuestas del senador Sanders, el tamaño del Gobierno federal aumentaría en un 40%. Todos los economistas progresistas que han hablado sobre su programa de sanidad gratuita universal dicen que los números no cuadran", criticó la exsecretaria de Estado sobre los planes de su contrincante.
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Hillary Clinton durante uno de los momentos del debate
Este episodio inicial marcó el tono de lo que fue el resto del debate, durante el que Clinton insistió en múltiples ocasiones en que el pueblo estadounidense "necesita saber específicamente" cómo funcionarían las propuestas del senador. "Habiendo estado en las trincheras luchando por esto (la cobertura sanitaria), dejadme que os diga que no somos Inglaterra, no somos Francia. Yo he sido muy específica con mis propuestas diciendo cuánto costarían", apuntó la exprimera dama.
Sanders respondió a los ataques de Clinton y al hecho de que repitiese en varias ocasiones la frase "cuando yo sea presidenta" con un escueto "Hillary, todavía no estás en la Casa Blanca".
La política migratoria fue uno de los asuntos en los que más chocaron ambos candidatos. "Yo voté a favor de una reforma migratoria integral cuando estaba en el Senado; el senador Sanders votó en contra", recriminó a su adversario la exsenadora por Nueva York, quien, según las encuestas, goza de mayor popularidad que Sanders entre negros y latinos.
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Sanders durante el debate
El senador por Vermont respondió recordando que grandes organizaciones latinas también se opusieron entonces a la reforma porque no garantizaba las condiciones laborales de los inmigrantes y podía llevar a casos de explotación, y pidió la regularización de los 11 millones de indocumentados que se calcula que residen en EE.UU. Además, Sanders insistió en sus críticas a parte de las políticas migratorias del presidente Barack Obama, especialmente con las deportaciones de inmigrantes llevadas a cabo a principios de este año.
"Cuando vemos a gente huyendo de Honduras y países con tantos problemas de violencia en Centroamérica, no creo que los debamos echar", sentenció el senador, a lo que Clinton respondió que "hay que mandar el mensaje a las familias de Centroamérica de que no envíen a sus hijos a este viaje tan peligroso". "No sé a quién estás mandando un mensaje. Estos son niños que huyen de la guerra", le afeó Sanders.
El debate,, volvió a sacar a relucir la cuestión de la financiación de las campañas políticas, y Clinton se desmarcó de los grupos de acción política (SuperPACs) formados por grandes donantes y que le dan apoyo.
"No puedo responder por ellos", aseguró, para inmediatamente negar que éstos puedan tener algún tipo de influencia política en caso de que llegue a la Presidencia.
"No insultemos a la inteligencia de la gente. ¿Por qué Wall Street, las farmacéuticas y las petroleras gastan millones de dólares en campañas? ¿Sólo por diversión?", le recriminó Sanders, quien financia su campaña sólo a partir de aportaciones ciudadanas, con una media de 27 dólares por donante.
Pese a no estar físicamente en el debate, Barack Obama estuvo muy presente. Más que nada por parte de Clinton, que pronunció su nombre siempre que pudo e incluso afeó a su rival que hubiese criticado la figura del presidente y que le llamase "débil" y una "decepción", al asegurar que se esperaba "esas palabras de un republicano pero no de una persona que se presenta por el Partido Demócrata".
Ante ello, Sanders le preguntó si había estado en desacuerdo con el presidente alguna vez, aseguró que un senador "tiene derecho" a estar en desacuerdo con el presidente "aunque haya hecho grandes cosas" y recordó que fue precisamente Clinton quien se presentó contra Obama en 2008.
Eso sí, preguntados ambos sobre quiénes son sus líderes de referencia para los temas de política exterior, ambos coincidieron en nombrar al ex Presidente Franklin Delano Roosevelt. Por su parte, Sanders mencionó a Churchill y Clinton a Mandela.
Malas noticias para Sanders, la mayor parte de los analistas consultados, al menos los consultados por The New York Times, coinciden en que la gan vencedora del debate ha sido Hillary Clinton.
"Sólo 48 horas después de recibir un demoledor resultado en NH, Clinton ha sacado un impresionante rendimiento al debate. Ha sabido crecer a partir del golpe", ha asegurado al diario estadounidense David Axelrod, ex asesor del presidente Obama.