Siete consejos para prevenir el cáncer, según el oncólogo José Ramón Germà Lluch
Los datos no son positivos. El número de nuevos casos de cáncer anuales no invitan al optimismo. Sin embargo, el porcentaje de curación se eleva cada año y la buena noticia es que las probabilidades de reducir cáncer se pueden disminuir con prevención.
Este año se esperan 17 millones de nuevos diagnósticos en el mundo. La incidencia crece por el aumento de la esperanza de vida, y se estima que dentro de poco el cáncer sea la primera causa de muerte en mujeres de países desarrollados, como ya lo es de los hombres. Según la Sociedad Española de Oncología Médica, una de cada dos personas nacidas en España hoy tendrá un tumor a lo largo de su vida.
Pero no todo son malas noticias: reducir las posibilidades de padecer cáncer está en nuestra mano. El doctor José Ramón Germà Lluch, director del Instituto Catalán de Oncología, lo explica en su libro Los siete pilares anticáncer (Editorial Planeta). El objetivo es conciencia a las familias para que, siguiendo unas sencillas pautas, reduzcan esas posibilidades.
¿Cuáles son los siete pilares que hay que seguir para reducir la probabilidad de tener cáncer?
El primero son los buenos hábitos alimentarios, sobre todo la dieta mediterránea: comer cinco veces al día, sobre todo verdura, incluyendo una pieza de fruta a mediodía y a media tarde, para que no pegue un salto la insulina. El otro gran pilar es dejar de fumar.
Luego está el diagnóstico precoz de algunos tipos de tumores con chequeos periódicos. Si los detectáramos pronto, curaríamos el 90% de los cánceres. Le sigue la vacunación para evitar las infecciones asociadas. Otro sería la vigilancia ante los cánceres que se traspasan genéticamente; si la madre lo padeció, se empiezan los chequeos 10 años antes de la edad a la que se le desarrolló.
Por último, pero igual de importante, evitar la obesidad y en sedentarismo haciendo 40 minutos de ejercicio diarios, y tomar el sol correctamente. Hay que ponerse la crema 15 minutos antes de la exposición, y elegirla en función del tipo de piel y del índice ultravioleta diario; no lo mira nadie, pero viene en la información meteorológica de todos los periódicos. Si te bañas, tienes que ponértela de nuevo, y también cuando haya pasado una hora. Los niños van aparte: deben cubrirse con tela la piel si van a jugar horas en la arena, sobre todo los más blancos.
Seguir estos sencillos pasos permite reducir entre un 35 y un 40% la probabilidad de padecer cáncer. Así reduciríamos en cinco millones los nuevos pacientes que esperamos en 2016. Cada vez que cumples uno de los pilares, disminuye la incidencia. Con que adoptes uno de ellos, ya baja en un 13%. Con otro, desciende un 17%; luego un 20%, 23%, y si dejas cinco llegas a 30%. Vale la pena empezar por uno, el que sea.
Los siete pilares anticáncer es su cuarto libro. ¿Por qué se lanzó a escribir y qué le ha reportado hacerlo?
Escribí mi segundo libro porque alguien desde Valencia me escribió una carta diciéndome que había leído el primero y no pensaba suicidarse por tener un cáncer. Eso es así, y aún se me pone la carne de gallina al pensarlo. Pero desde entonces me he dado cuenta de que lo que la gente necesita es una guía sencilla que te explique que aún estás a tiempo de prevenir el cáncer en tu familia, no sólo el tuyo.
Porque hay cosas de las que no se habla nunca; por ejemplo, de que el 19% de nuestros chicos tiene sobrepeso y el 9% son obesos. Llevamos descuidando su alimentación desde hace muchos años. Cuando el plato de verduras es un castigo de diario, y el fin de semana el premio es comerse una hamburguesa con patatas y coca cola, estamos haciendo algo mal.
Los niños que comen mal, cuando se convierten en adultos, tienen el doble de posibilidades de padecer cáncer de colon, porque han mantenido los mismos malos hábitos. La gente está ávida de saber que, haciendo cosas relativamente sencillas, puede colocarse una buena coraza contra el cáncer.
¿Todos los tipos de cáncer son prevenibles al mismo nivel?
La respuesta corta es "no". Una de las cosas que hasta hace poco no sabíamos es que el 20% de los cánceres tienen un origen infeccioso. Si tienes un agente infectivo, significa que puedes crear algún tipo de vacuna. La de la Hepatitis B dio la sorpresa de que, además de reducir esa enfermedad, también redujo el cáncer hepático. Por otro lado, está demostrado que, si no te infectas del papiloma virus, no puedes desarrollar cáncer de cuello uterino. Por eso es tan importante la vacuna de las niñas.
La inmensa mayoría de los cánceres pueden prevenirse siguiendo los siete pilares, pero existe un prototipo de tumores en los que no podemos incidir de forma muy clara, los cánceres por alteraciones genéticas de base, los llamados "hereditarios", que son el 10% del total. Esto no significa que vayas a desarrollarlo si algún familiar lo tuvo, pero hay más posibilidades. Por eso son tan importantes los chequeos.
Los cánceres hereditarios pueden ser más agresivos, pero su tratamiento es más específico y responden mejor. Si motivas a las familias que lo tienen, puedes hacer un tratamiento preciso o cirugía preventiva como la de Angelina Jolie: tenía una probabilidad de más del 80% de desarrollar cáncer de mama y más del 50% de ovario, pero ahora morirá de cualquier otra cosa.
¿Los siete pilares están al alcance de todo el mundo?
Son consejos más o menos asequibles. Quizá no sea fácil para todos comprar aceite de oliva virgen extra de primer prensado en frío, como recomiendo en el libro, pero sí usar aceite de oliva. La gente debe entender que comprar alimentos mejores, aunque sean más caro, redunda luego en gran beneficio.
El problema es la escala de valores. Por ejemplo, se ha relacionado el ejercicio con el gimnasio después de ir a trabajar y esto es un error. Hay muchas formas de hacer ejercicio ¿Por qué te bajas en la parada de metro del trabajo? Bájate a dos y camina 20 minutos, ida y vuelta; ya tienes tus 40 minutos de ejercicio diarios. Cuando hables por el móvil, muévete, no lo hagas sentado. Hay que conceptuar que esto es posible y te darás cuenta de que tienes tiempo para hacer ejercicio, para dormir, para desconectar.
La segunda parte del libro se dedica a la medicina personalizada. ¿En qué consiste?
Es la otra clave para prevenir y curar. Consiste en fármacos que atacan específicamente algunos de los mecanismos internos del cáncer, lo que llamamos dianas, que no tienen las células normales. Es una medicina de precisión. Y se personaliza en relación a la inmunidad que tiene cada paciente. Un 20% de los tumores pueden ser atacados con esta medicina.
También menciona en el libro la inmunooncología, uno de los grandes avances de los últimos años...
Por primera vez, somos capaces de estimular las defensas propias del individuo contra el cáncer. Hemos averiguado dos o tres mecanismos que las células cancerosas utilizan para pasar desapercibidas a nuestro sistema inmunológico. Los llamamos check points, y somos capaces de bloquearlos; es como si le quitaras el disfraz a las células del cáncer, y nuestro cuerpo de repente las viera. Va a servir para muchos tumores para los que no teníamos tratamiento, algunos de los peores. Es la quinta cura, tras la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la medicina de precisión.
Dedica un capítulo especial a huir del estrés, ¿es tan importante?
Hoy en día vivimos en un mundo en el cual el tempo no existe. Es difícil poder dedicarse, aunque sea un rato, al arte de no hacer nada. Por eso es recomendable seguir la regla de los tres ochos: ocho horas para dormir, ocho para trabajar y ocho de ocio. Parece mucho, ¿eh? No hay que seguirlas a rajatabla. Yo hago seis, doce y seis, sino no podría hacer todo lo que hago.
Pero sí es importante que los jóvenes duerman al menos siete horas y que empleen su tiempo de ocio haciendo cosas; no es lo mismo jugar al fútbol que jugar al FIFA.
La última vez que el cáncer estuvo en boca de todos fue tras la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las carnes rojas y procesadas. ¿Fue exagerada?
La OMS se ha pasado tres pueblos. Una cosa que aprendí de un maestro mío fue: "Prohibido prohibir". No importa nada, y de hecho probablemente sea conveniente, tomar una vez a la semana carnes rojas o procesadas. Lo que no es bueno es tomar cinco veces a la semana un plato de carne de 500 gramos.
Para alimentarse, sabemos que lo verde es mejor, sobre todo las frutas. Lo siguiente son las carnes blancas y los pescados, y no hay que olvidar el aceite de oliva. Pero hay que ser prudentes y decir que, de vez en cuando, hay que consumir esas carnes.
Sin embargo, incide mucho en que fumar tiene un gran impacto. ¿Por qué entonces seguimos haciéndolo?
Me lo explicó un experto: si fumamos 20 cigarrillos al día, y con cada uno hacemos 20 inhalaciones, que parece que es lo normal, hacemos 400 impactos de la droga en nuestro cuerpo. ¿Hay alguna droga de la que uno se chute 400 veces al día? Crea una adicción muy importante, y sin la intoxicación aguda que provocan otras. Además, fumar es la única adicción que todavía tiene propaganda.
Pero si uno quiere dejarlo, hay muchas maneras de hacerlo hoy en día. Lo primero es estar convencido. Hay multitud de fármacos que son sustitutivos de la nicotina, y alguno de ellos ayudan a que no exista el mono. Y algo muy importante: no importa que vuelvas a caer. Algunos no abandonan el tabaco pensando que fracasarán. Pero cada cigarrillo cuenta.
¿Se inventará algún día una cura contra el cáncer?
La cura universal contra el cáncer es algo utópico. No va a desarrollarse una cura única para una dolencia tan distinta en sus tipos. Curamos ya el 60% de los cánceres, y cada vez irá a más. Cuando yo empecé hace 30 años, eran sólo el 32%. Cada año incrementamos un 1% la tasa de curaciones y también vamos mejorando las respuestas a los fármacos de los tumores en estado avanzado. En el año que estamos ahora, grandes saltos no se van a producir, pero siempre hay mejoría, paso a paso.
Por desgracia, en España no se invierte lo suficiente en investigación. Ahora tenemos problemas, no sólo para retener en España el talento, sino para repatriar a los que se han formado fuera. No somos competitivos ni en salarios ni en equipo.
¿A qué grandes retos se enfrentan los oncólogos en el futuro?
El gran problema que tendremos en los próximos 20 años son las mujeres fumadoras. El consumo de tabaco en los hombres ha bajado mucho, pero el de las mujeres, que empezaron a fumar unos 20 años después, sigue subiendo. Vivimos una auténtica plaga de mujeres con cáncer de pulmón, que no es precisamente el más fácil de curar.
Por fortuna, los fumadores pasivos van descendiendo. No es ninguna tontería, claramente doblan o incluso triplican la incidencia de las personas que no tienen contacto con el tabaco. Grandes fumadores lo dejan cuando les hablas del cariño: "Lo que no ha hecho usted por sí mismo, hágalo por sus hijos, porque les pueden pasar dos cosas: que reciban el tabaco y aumenten sus probabilidades de desarrollar cáncer o que pierda a su progenitor. Piénseselo dos veces".
¿Y qué gran avance podemos esperar en los próximos años?
Hay una cosa que está pendiente y será extraordinaria cuando se produzca: teñir las células tumorales con un producto desde fuera, para que el cirujano sepa exactamente dónde empieza y acaba el tumor. Si fuéramos capaces de hacer un mapa de ellos, sería mucho más fácil extirparlos. Existen ya estudios con tumores cerebrales y a nivel hepático, pero aún no está afinado. Será muy interesante.