Claves y ejemplos para convertirte en un superanfitrión
Alcanzar la categoría de superhost de Airbnb no sólo supone un subidón de ego, sino que además aporta grandes ventajas. Y es que te conviertes en lo más de lo más. Estos superanfitriones saben cómo hacer que los viajes de sus invitados sean inolvidables y poseen un estilo único de hospitalidad. Desde que arrancó este programa hace un año, más de 85.000 usuarios de la plataforma han conseguido esta categoría por el exquisito trato dado sus huéspedes. ¿Quieres convertirte en uno de ellos y disfrutar de los beneficios que conlleva?
Para ser un superanfitrión sólo tienes que reunir unos cuantos requisitos y, en la próxima evaluación, se valorará si mereces o no pertenecer a esta categoría. Convertirte en uno de ellos depende únicamente de ti. Aunque nosotros te damos algunas claves para que el proceso sea más sencillo:
1. Compromiso: Un superanfitrión nunca, nunca, nunca (insistimos: nunca) cancela las reservas que ya ha confirmado. A no ser que pase algo muy grave.
2. ¡Responde siempre que puedas!: Cuantas más respuestas tengan tus huéspedes, más confiarán en ti. Y cuanto más rápido contestes, más arropados se sentirán.
3. Valoraciones de cinco estrellas: Seguro que cinco estrellas te saben a poco... pero no se pueden conseguir más. ¡Ve a por ellas y haz que tus invitados te den la mejor de las puntuaciones!
4. Experiencias únicas: Un superhost cierra, al menos, diez reservas al año. ¡Supera tu propio récord! Esto hace que vivas nuevas experiencias y aventuras únicas que te hagan encontrar tu estilo personal. Además, seguro que haces más de un buen amigo.
SUPERANFITRIONES
Todos estos requisitos los cumplieron Gemma y su compañero Miguel, dos fotógrafos superanfitriones de Valencia. "Desde que recibimos gente he mejorado muchísimo mi nivel de inglés", cuenta ella. "Conoces personas de todo el mundo y amplías tus conocimientos. Además de que siempre viene bien un dinerillo extra", explica. Tras ser huéspedes en Nueva York, se convirtieron en unos de los muchos anfitriones que hay en Madrid, alquilando un pequeño piso en el barrio de Malasaña mientras ellos pasaban los fines de semana en Valencia. "Cuando vimos la cantidad de gente que venía decidimos pasar a hacerlo con nosotros en casa, en el sofá cama. Ahora lo hacemos en dos habitaciones que tenemos libres en Valencia".
De todas sus experiencias se llevan un buen recuerdo. Pero hay una especial. Los estadounidenses Tracy y Manoj fueron unos de sus primeros invitados, procedentes de Estados Unidos. Durante su estancia, se fraguó una gran amistad entre los cuatro. La pareja estadounidense les contó que iban a casarse y querían que las fotos de su boda las hiciese alguien especial. Así es como Miguel y Gemma se convirtieron no sólo en los anfitriones y amigos del futuro matrimonio, sino también en los fotógrafos del día más importante de su vida.
Otra de las usuarias que ha alcanzado este superdistintivo es Gabriela, de Zaragoza. Hace años, vivió una experiencia parecida a las que ofrece Airbnb en un viaje por Estados Unidos y Canadá. "Me encanta viajar y me gustó mucho la idea de compartir casa", señala. Cuando sus hijos crecieron y se fueron de casa dejaron las habitaciones libres. Fue entonces cuando decidió entrar a formar parte de la gran familia de Airbnb. "No lo hago por motivos económicos. Soy muy selectiva, alquilo muy poco y a gente que viene a disfrutar", dice. Para ella, vivir este tipo de experiencias "es como viajar" pero estando en tu propia casa.
Sabe que la gente que elige como anfitrión a un superhost busca "que se cuiden cierto tipo de detalles" y ella hace todo lo posible para estar a la altura. Lo consigue. Un ejemplo fue la estancia de Robert y su familia, que vinieron de Estados Unidos. Confiesan que han viajado por todos los continentes pero que nunca habían imaginado que alguien pudiese mostrar tanta hospitalidad como Gabriela. Y eso que la experiencia tuvo algún que otro sobresalto: la anfitriona aún recuerda con cierta angustia ese sábado ajetreado en el que recibió una llamada de teléfono de la Policía Local. Al parecer, la familia estaba retenida por no tener un permiso de conducir válido en España.
Gabriela pidió hablar con sus huéspedes y se aseguró de que estaban todos bien antes de ir a buscarlos. Comenzó entonces un fin de semana que ninguno de ellos ha olvidado: les ayudó a contactar con el consulado estadounidense para resolver todos los trámites con muchos nervios y decisiones que tomar. Sin embargo, pudieron resolverlo y tuvieron la oportunidad de pasar tiempo juntos, conocerse y empezar una amistad que hoy en día sigue viva. Nada es casual ¿verdad?
Una experiencia parecida vivieron Sady y su familia, quienes alquilan una preciosa casita en Montefrío (Andalucía). Su marido y ella se quedaron sin trabajo al comienzo de la crisis. Durante su tiempo libre, junto con la ayuda de algún que otro albañil, construyeron una casita en el campo "con mucho amor" y empezaron a alquilarla a amigos y a través internet. "Es así como, por un cuñado, conocimos Airbnb", explica Sady. Se dieron de alta hace dos años y están encantados.
"Es una experiencia que nos ha venido genial. La página no tiene nada que ver con el resto: nos da el 80% de la ocupación y estamos más seguros, porque tienes una idea de quien va a estar en tu casa", asevera. Al ver los buenos resultados, incorporaron a la oferta otras dos casas de la familia y ahora viven de ello. "Mi marido está más feliz porque está ocupado, y yo estoy también muy contenta porque es como un trabajo que me deja tiempo para estar con mis hijos", dice orgullosa. A sus 40 años, Sady se ha apuntado a aprender inglés para poder hablar con sus huéspedes: "Ahora que vamos un poco más holgados económicamente empezamos a verlo todo de otra manera, a fijarnos otras metas".
Al igual que Gabriela, Sady y su familia también tuvieron un susto con final feliz. Su alojamiento se encuentra situado en el sitio perfecto para hacer rutas de senderismo, cerca de varias cascadas y en un paraje natural único. En mayo recibieron a la familia Prescott, de Nueva Zelanda. Una joven pareja con un bebé de ocho meses. Un día, Eleuterio, la pareja de Sady, recibió una llamada del hospital. La familia neocelandesa había ido a pasear y se había despeñado por unas cataratas. Eleuterio, sin pensárselo ni un segundo, puso rumbo al hospital para ver cómo estaban sus invitados.
Sady y Eleuterio se desvivieron por la pareja. Se ocuparon del bebé y acudieron al hospital hasta que recibieron el alta. Finalmente, antes de que los invitados abandonaran el país, disfrutaron juntos de una comida típica de Nueva Zelanda. "Fue una despedida triste, pero hemos ampliado nuestra familia con una rama neocelandesa que no nos esperábamos".
¿CÓMO SABRÁN MIS HUÉSPEDES QUE SOY UN SUPERHOST?
Si sale este icono en tu perfil y en tus anuncios, ¡enhorabuena! te has convertido en un auténtico superanfitrión. Este símbolo será visible tanto para ti como para los demás usuarios. Además del distintivo en el perfil, nuevas amistades, experiencias inolvidables y riqueza cultural, ser un buen anfitrión tiene otras ventajas que proporciona la plataforma.
1. Cupón de viaje: Si mantienes la categoría de Superhost durante un año, recibirás un cupón de viaje de Introduzca texto aquí00 cada año. ¡Así podrás hacer las maletas y ser tú el huésped en vez de el anfitrión!
2. Asistencia prioritaria: tendrás prioridad a la hora de recibir asistencia de Airbnb.
3. Acceso exclusivo a productos: Si eres Superhost, Airbnb te invitará a ser de los primeros en conocer nuevos productos antes de su lanzamiento y podrás asistir a eventos exclusivos de la plataforma.