Gilles Pargneaux, eurodiputado francés: "El cambio climático es la batalla del siglo"
El 20 de noviembre en Madrid hacía mucho calor. Tanto, que el abrigo sobraba y se podía pasear o estar en cualquier terraza sin pasar ni un ápice de frío. “Esto, simplemente, no es normal”, afirmaba mientras señalaba por las ventanas de la sede madrileña del Parlamento Europeo el socialista francés Gilles Pargneaux.
De esta forma, Pargneaux, que se ha encargado de coordinar la ponencia de la Eurocámara sobre la cumbre del clima (COP21) que este lunes ha arrancado en París, ejemplifica cómo “no se está yendo en la buena dirección”. "El anormal calor que hace ahora no significa que de golpe no vaya a venir una racha de intenso frío. Si observamos las temperaturas desde el comienzo de este 2015 se ve perfectamente cómo no ha parado de aumentar", añade.
Por eso, pese a que es evidente su preocupación, Pargneaux también se muestra esperanzado dado que la cumbre es “una oportunidad”, pero también un reto. “Si no se hace algo y se sigue con el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura media global aumentará entre 3,7 y 4,8 grados. Esto implicará sequías, inundaciones o ciclones, por citar sólo algunas amenazas”, alerta durante su entrevista con El Huffington Post.
UN ACUERDO UNIVERSAL Y VINCULANTE
De momento, 165 de las 195 delegaciones nacionales que estarán en la COP21 han entregado ya a la ONU sus contribuciones voluntarias de acciones climáticas, entre ellos algunos de los países más contaminantes, como EEUU, la UE, China. Es un avance importante, ya que sólo 38 países ratificaron el Protocolo de Kioto en el año 1997. Sin embargo, en esta cita mundial en París todos aseguran querer más. Para empezar, un acuerdo universal jurídicamente vinculante que incluya mecanismos de revisión cada cinco años para evitar que la temperatura del planeta subra 2º más.”Es lo que toca, el cambio climático es la batalla del siglo”, sentencia Pargneaux.
“Todo el mundo tiene que movilizarse porque es muy urgente. Si queremos que nuestros hijos y nuestros nietos estén orgullosos de nosotros, tenemos que tomar decisiones ahora”, añade este eurodiputado francés. Con todo, también es consciente que no será sencillo conseguir un acuerdo de estas características, ya que no cuenta con el apoyo de los republicanos en el Congreso estadounidense ni de potencias de la talla de Arabia Saudí o India.
China, uno de los países más contaminantes, ya ha entrado sus contribuciones para la lucha contra el cambio climático
Pese a ello, Pargneaux considera fundamental seguir trabajando “en la buena dirección” y pone como ejemplo de ello la resolución aprobada por el Parlamento Europeo el pasado 14 de octubre de cara a la cumbre de París. En el texto se citan tres objetivos para el año 2030:
Muy relevante también es, en opinión del eurodiputado socialista, eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles de aquí a 2020 así como las emisiones de gases contaminantes en el mundo para 2050. “Queremos que la COP21 sea no sólo la ocasión para luchar contra el cambio climático, sino también una señal para que cambie el paradigma económico con el desarrollo de la economía circular en la gestión de los residuos. No sólo es la batalla del siglo, sino también la oportunidad del siglo”.
No obstante, Pargneaux también reconoce que ese cambio de modelo debería encontrar “un punto de equilibrio” con el desarrollo industrial europeo.
Para que esto sea factible, se tendría que elevar el precio del carbono de los actuales 7 euros por tonelada a 25 en 2030, con el fin de “desincentivar las actividades más contaminantes” y así los inversores se decidirán por empresas “descarbonizadas”. Además, abogó por destinar los 330.000 millones de dólares que la UE dedica a subvenciones para combustibles fósiles -petróleo, carbón y gas natural- a las energías renovables.
Por último, en el eurodiputado también considera "esencial" que el acuerdo de París proporcione al llamado Fondo Verde por el Clima una dotación de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para ayudar a los países más pobres y vulnerables a desarrollar nuevas energías renovables. "Se trata de que contribuyan a cambiar el paradigma económico, no a reducir sus emisiones, porque, por ejemplo, la República Democrática del Congo vierte un 0,08% de los gases contaminantes globales a la atmósfera", concluye Pargneaux.