La primera huelga bajo el Gobierno de Syriza pone rostro al descontento en Grecia
Grecia ha vivido la primera huelga general contra el Gobierno de Alexis Tsipras, una protesta que refleja el gran descontento popular que se palpa a diario con las políticas de austeridad que ha impuesto la Troika y que el Gobierno ha implantado, a pesar de que el 61,3% de la población votase en contra en el referéndum que se celebró en julio.
El Gobierno de Tsipras, que aceptó más recortes a cambio de un nuevo rescate, apoya paradójicamente la protesta y hace un llamamiento para participar, en un comunicado publicado en un periódico griego.
El seguimiento ha sido desigual, como suele ocurrir en las múltiples huelgas que ha vivido Grecia en los más de seis años que dura ya la crisis: notable en los servicios públicos y escasa en el sector privado.
SEGUIMIENTO DISPAR
"El problema es que no hay dinero en las tiendas y tienen que estar abiertas para sacar lo mínimo, porque no se gana nada", explica a Efe Aléxandros, un comerciante de telas en el centro de Atenas, quien recalca, sin embargo, que no por abrir deja de tener motivos de crítica contra el Gobierno de Syriza.
La huelga ha tenido también un seguimiento dispar entre las grandes urbes y las provincias, y mientras en Atenas la vida cotidiana en los barrios ha seguido siendo normal, en pequeñas ciudades como Volos, por ejemplo, prácticamente toda la actividad comercial se ha paralizado.
En organismos oficiales, hospitales y transportes públicos el seguimiento ha sido amplio, mientras que buena parte de bancos y farmacias, cuyas asociaciones se habían sumado a la protesta, han abierto. La huelga en contra de las políticas de austeridad y los programas de recorte había sido convocada por los dos principales sindicatos sectoriales, el del sector público, Adedy, y el del privado, GSEE, por un lado, y el comunista PAME, por el otro.
El seguimiento del paro en los medios de comunicación ha sido absoluto. En la televisión y la radio solo se han emitido programas de archivo, con excepción de unos pocos informativos centrados exclusivamente en la huelga.
En el tráfico aéreo las cancelaciones han afectado únicamente a vuelos domésticos, mientras que los internacionales han operado con normalidad.
"NO SON UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS"
En la manifestación celebrada en el centro de Atenas han participado cerca de 20.000 personas, según ha indicado a Efe un portavoz policial, una cifra comparable a la media de las huelgas generales que hubo el contra el Gobierno del conservador Antonis Samarás (Nueva Democracia).
Plaza Syntagma, Atenas
Entre los ciudadanos que se sienten decepcionados de Tsipras figura Kali, una empleada de comercio, de 39 años. "Han cambiado, no son un Gobierno de izquierdas... y lo que han hecho es peor que lo que hicieron los anteriores. Quiero que el Gobierno reciba el mensaje de que la gente no los apoya, ni en las negociaciones (con los acreedores), ni tampoco en sus (propios) planes", sostiene Kali.
Algunos reconocen sentirse desconcertados por salir a la calle contra un Gobierno de ideología afín. "Es una locura, estamos protestando contra un Gobierno de Syriza que en teoría también apoya esta manifestación", añade Kali.
ENFRENTAMIENTOS CON LA POLICÍA
En el centro de Atenas, durante la jornada, algunos grupos de anarquistas se han enfrentado con la policía. En torno a 50 encapuchados han lanzado cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad que se habían apostado ante un hotel en la plaza de Syntagma. Los agentes han respondido con gases lacrimógenos.
Incidentes similares se han producido asimismo en Salónica, la segunda mayor ciudad del país, donde, al igual que en Atenas, la manifestación ha discurrido, por lo demás, pacíficamente.
Mientras tanto, los representantes de la denominada cuadriga -Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo Europeo de Estabilidad y Fondo Monetario Internacional- continúan hoy las negociaciones con el Gobierno con el objetivo de alcanzar antes del lunes un acuerdo en los puntos pendientes. Se trata fundamentalmente de llegar a un consenso sobre las ejecuciones hipotecarias, la cartera de créditos morosos de los bancos y sobre las devoluciones a plazos de las deudas a Hacienda y a la Seguridad Social. Un acuerdo en los dos primeros temas es fundamental para poder desbloquear además los 10.000 millones de euros necesarios para recapitalizar a los bancos.