7 respuestas sobre el escándalo en Volkswagen: "La hemos cagado"
Volkswagen no ha pasado la ITV. El fabricante alemán de automóviles intenta gestionar como puede el escándalo que se ha generado después de reconocer que entre 2009 y 2015 manipuló 11 millones de motores diesel en todo el mundo para falsear las emisiones y eludir así las normas medioambientales en Estados Unidos.
La situación ha llevado al mayor fabricante de automóviles del mundo, junto con Toyota, a pedir perdón, lo que no ha evitado su desplome en la Bolsa de Frankfurt. Sólo este lunes perdió un 18,6%. Pero, ¿qué está pasando exactamente? Te explicamos las claves del escándalo que afecta al también dueño de marcas como Audi, Skoda, Seat o Porsche.
La Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos reveló el viernes que Volkswagen instaló durante seis años un programa informático en varios modelos diésel de forma deliberada para esquivar los límites de emisiones de gas.
Dos días después, la propia empresa admitió sus trampas. El presidente de la junta ejecutiva, Martin Winterkorn, declaró que la firma había iniciado una intensa investigación para descubrir el origen del engaño. "Es una violación muy seria, es ilegal y una amenaza para la salud", dijo la agencia.
El falseamiento no es menor, dado que los coches afectados pasaban sin problemas las pruebas de gases, pero en circulación por carretera emitían hasta 40 veces más contaminantes de lo permitido. El sistema informático que Volkswagen instaló en sus motores era capaz de detectar cuándo el coche estaba siendo sometido a esas pruebas para activar el engaño o cuándo estaba circulando por carretera para desactivarlo. Lo reconocía analizando factores como la posición del volante, la velocidad, la presión barométrica o la duración de la operación.
Una vez que el sistema informático reconocía dónde estaba el coche, ordenaba al motor comportarse de una forma u otra. Así, si 'sabía' que el vehículo estaba pasando una prueba, bajaba sus emisiones contaminantes y cumplía con la normativa estadounidense. El problema era que cuando el software detectaba que se estaba circulando por carretera, esas emisiones se disparaban, superando en 10 o 40 veces los límites legales.
Cerca de 482.000 vehículos de Volkswagen y de Audi en Estados Unidos y hasta 11 millones en todo el mundo. En concreto, la empresa utilizó el software para falsear las emisiones, al menos, en los modelos Jetta (2009-2015), Beetle (2009-2015), Audi A3 (2009-2015), Golf (2009-2015) y Passat (2014-2015). Todos ellos están equipados con el motor de tipo EA 189. Según la prensa especializada, un 25% de los coches que Volkswagen vende en Estados Unidos llevan este motor.
"Investigaciones internas muestran que el software estaba presente también en otros vehículos diésel del grupo", señala un comunicado de la compañía.
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Según la compañía alemana, el sistema informático no tiene ningún efecto para el día a día de los conductores. "El software en cuestión no afecta a la conducción, ni al consumo, ni a las emisiones", asegura Volkswagen.
Según esa versión, los usuarios de los modelos que están afectados podrán seguir utilizándolos con toda normalidad. Pero si, como todo parece indicar, la compañía llama a revisión a los modelos afectados en Estados Unidos, podría haber consecuencias negativas, según algunas publicaciones especializadas.
Diariomotor asegura que posiblemente se reducirán las prestaciones o aumentarán los consumos de estos motores ya que podría ser necesaria la instalación de sistemas anticontaminación adicionales en los vehículos o un software modificado para modificar el software instalado por la firma alemana.
Ha pedido perdón. "La hemos cagado por completo. Hemos sido deshonestos con la EPA [la agencia de protección medioambiental], hemos sido deshonestos con el consejo de la ARB [la agencia que se ocupa de la calidad del aire en California], hemos sido deshonestos con todos ustedes", señaló el jefe de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn. "Tenemos que arreglar los coches para evitar que esto vuelva a suceder y tenemos que hacer esto bien. Este tipo de comportamiento va totalmente en contra de nuestros valores", añadió.
La compañía informó de que hará una provisión de 6.500 millones de euros en el tercer trimestre destinada a recuperar la confianza de los clientes y a hacer frente a las posibles pérdidas. Afirma, además, que revisará de forma correspondiente el objetivo de beneficios para 2015.
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Varias. Por un lado, se podría enfrentar a una multa en EEUU de 37.500 dólares por coche vendido, lo que daría un total cercano a los 18.000 millones de dólares (unos 15.900 millones de euros). Además, sus acciones se están desplomando en la Bolsa de Frankfurt, lo que está arrastrando a otras compañías del sector automovilístico. Este martes, BMW perdía un 6,1%; Daimler cedía un 6,4% y el fabricante de neumáticos Continental lo hacía un 4,7%.
Las consecuencias van más allá: Volkswagen ha dejado temporalmente de vender modelos diesel en EEUU. El grupo se está debilitando en el país y ha tenido que disminuir los objetivos de ventas. Además, especialistas citados por The Huffington Post en Alemania avisan de que este escándalo puede ser un duro golpe para la potente industria automovilística alemana en su conjunto, lo que podría "poner en peligro" puestos de trabajos en el país.
Por otro lado, y según informa El País, el presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, está en una situación insostenible. Este mismo viernes iba a prolongar dos años su contrato, pero tras el enorme escándalo puede terminar con su carrera.
Que se sepa, sí. Pero el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, ya ha exigido una investigación "a escala europea" sobre el cumplimiento por los fabricantes de vehículos de las reglas contra la contaminación. "Es importante tranquilizar", afirmó en una entrevista a la emisora de radio Europe 1 Sapin, que consideró que la investigación no tiene que limitarse a Volkswagen.
Mientras, el Ejecutivo alemán va a ordenar realizar nuevos exámenes de emisiones independientes a todos los vehículos diesel de Volkswagen comercializados en Alemania. En paralelo, también Corea del Sur va a iniciar una investigación sobre los vehículos diésel de la compañía.