Al menos 22 migrantes muertos, entre ellos cuatro niños, al hundirse una embarcación frente a Turquía
La tragedia de los refugiados no cesa. Al menos 22 inmigrantes han muerto este martes tras volcar su embarcación de madera en el mar Egeo, en un punto cercano a la costa turca. Entre las víctimas hay cuatro niños y 11 mujeres, según el último balance oficial, recogido por el diario turco Hurriyet. Otras 211 personas han sido rescatadas.
La embarcación, de 20 metros de eslora y que también era utilizada en viajes turísticos, volcó frente a la costa del distrito de Datça, en el suroeste de Turquía. En ella viajaba un número no determinado de personas que se dirigían a la isla griega de Kos, a la que han llegado en los últimos meses miles de inmigrantes y refugiados.
Este naufragio llega un día después de la muerte de dos inmigrantes sirios tras volcar la lancha neumática frente a la costa del distrito turco de Seferihisar, en la provincia de Esmirna.
LA RUTA POR TIERRA
De los más de 430.000 migrantes que han llegado a Europa a través del Mediterráneo este año, unos 300.000 desembarcaron en Grecia. Las autoridades turcas aseguran que han rescatado en 2015 a unas 42.000 personas a bordo de maltrechas embarcaciones. Las frecuentes muertes en el mar han empujado a los migrantes a emprender la ruta terrestre.
Las fuerzas de seguridad turcas han interceptado a cientos de personas este martes, en su mayoría sirios, que caminaban hacia la frontera occidental terrestre con Grecia, abriendo potencialmente un nuevo frente en la crisis de refugiados.
Jihad, un estudiante de Química de 22 años, espera en Estambul a subir a un autobús que le llevará a la UE. Es su tercer intento. "Tengo amigos en Europa que dicen que no importa lo que cueste llegar, una vez allí todo es mejor. Lo difícil es entrar, después llega la esperanza", asegura.
La Gendarmería turca ha erigido barricadas este martes cerca de la ciudad de Edirne, a unos 30 kilómetros de la frontera griega, mientras cientos de personas se amontonaban en la carretera y otras subían a las colinas cercanas en un intento por llegar a la frontera. Algunos han hecho a pie los 250 kilómetros que la separan de Estambul.
Turquía acoge a cerca de dos millones de refugiados sirios. Algunos migrantes con sombrillas para cubrir a los niños del sol, y una mujer en silla de ruedas, han contado a Reuters que las difíciles condiciones turcas y la falta de trabajo han llevado a muchos de ellos a tratar de llegar de manera ilegal a la UE.
"No podemos conseguir trabajo aquí. Escuchamos que las cosas están mucho mejor en Europa, que todo es gratis", cuenta Sherif, un sirio de 27 años de Qamishli.