Hasta 300 euros de multa por tomar refrescos y unas pizzas en una plaza en Lucena (Córdoba)
Cuatro amigos de entre 18 y 24 años compran unas pizzas para llevar y dos botellas grandes de refresco. Están en Lucena (Córdoba), es la una de la noche del domingo 26 de julio, y deciden comerse su cena en una plaza del pueblo donde hay una iglesia, un Kebab, una cafetería que ya está cerrada y unas gradas para sentarse y pasar el rato. Terminan la pizza y recogen los restos. Se quedan a terminarse la Coca-Cola y el Aquarius y a fumarse un cigarro. Entonces llega una patrulla de la Policía Local y les multa. La sanción puede llegar hasta los 300 euros por persona.
Los dos policías pasaron en el coche, pararon y se quedaron mirando a los jóvenes, y aparcaron un poco más adelante, según cuenta Francisco Jesús Espejo, uno de los cuatro amigos. Salieron del vehículo y se dirigieron hacia ellos "cada uno por un lado, como si fuésemos a salir corriendo". Ellos estaban tranquilos, seguros de que no estaban haciendo ni consumiendo nada ilegal.
Los agentes les explicaron que de acuerdo a una ley andaluza, está prohibido estar en grupo consumiendo bebidas y charlando. "Nos quedamos ahí flipando -recuerda Espejo-; nos explicaron que la ley no especifica qué tipo de bebida". La norma en cuestión, de 2006, prohibe "la permanencia y concentración de personas que se encuentren consumiendo bebidas o realizando otras actividades que pongan en peligro la pacífica convivencia ciudadana fuera de las zonas del término municipal que el Ayuntamiento haya establecido como permitidas".
El problema, por tanto, como sugieren también fuentes de la Policía Local que prefieren no dar detalles y remiten al concejal delgado de Seguridad Ciudadana, es que en el pueblo hay un lugar para hacer botellón, y la plaza donde se encontraban está "en una zona céntrica, hay una cafetería". Para la autoridad no cuenta que estos chicos no estuviesen consumiendo alcohol.
PARA BEBER, AUNQUE SEA AGUA, AL BOTELLÓDROMO
El botellódromo está a las afueras del pueblo, y lo que ellos hicieron no era un botellón, eran simplemente cuatro amigos comiendo una pizza y bebiendo refrescos al fresco. No hacían ruido, asegura Espejo, ni la policía les informó de ningún tipo de queja en ese sentido. Cuenta, además, que ahora han sabido de otro caso similar en el que los multados estaban en un aparcamiento, sin viviendas alrededor.
El concejal delegado, Francisco Jesús Adame, de 27 años, subraya que "aún no se ha iniciado el expediente y se desconoce si va a haber apercibimiento o no", que si lo hubiera, serían 60 euros. Insiste en que la ley no distingue entre qué tipos de bebidas se pueden tomar, pero sí especifica que su consumo debe hacerse en zonas habilitadas. "Se puede llegar a entender su indignación, pero la Policía solo actúa en cumplimiento de la ley". ¿Y si estuviesen comiendo pipas y bebiendo una granizada, por ejemplo? "No digo ni sí ni no. Es la Policía la que está para interpretar la ley", responde el edil amablemente, que señala que estas actuaciones son "bastante frecuentes", sobre todo en verano.
Laura Espejo, hermana de Francisco Jesús, ha contado lo que les ocurrió a través de Facebook. Su post ya se ha compartido más de 22.000 veces, y son muchos los comentarios que dan cuenta de episodios parecidos en otros lugares de Andalucía, donde ya lo saben, cuidado con comer, beber y charlar en un espacio público.
Para fliparlo. Anoche a las 1 de la madrugada más o menos, dos parejas nos sentamos en una plaza de Lucena con unos pan...