14 años haciendo el payaso en McDonald's para esto
J.G.B.F. no puede dar su nombre. Una cláusula de McDonald's se lo prohíbe. Él no existe; solo el personaje. Durante 14 años ha recorrido España de punta a punta sacando sonrisas a todos el mundo. Más de 1.500 actuaciones (unas 120 al año) como embajador de la marca en España y, de repente, todo se acabó. De ser el payaso de la cadena a sentir que has estado haciendo el payaso hay un línea muy fina. Una llamada de teléfono.
"A finales de diciembre noté que algo raro pasaba porque nadie me decía a qué cabalgata tenía que ir en Reyes. El día 30 recibo una llamada diciéndome que no se renueva mi contrato porque no hay presupuesto y al día siguiente estoy fuera", relata.
Este actor y mago de profesión se confiesa un admirador de su propio personaje. "No niego que le he cogido un gran cariño, me ha permitido vivir cosas irrepetibles", explica. Sin embargo, y a pesar de haber "disfrutado muchísimo", siempre hubo un lado oscuro en el plano laboral. La entidad de McDonald's que manda sobre todas las franquicias de España nunca le ofreció formar parte de la plantilla. Contratos de seis meses o un año y siempre como autónomo. Nunca entendió que la empresa se cerrase en banda cuando él estaba haciendo un trabajo que no le permitía hacer otras cosas.
"Tienes que ir a Estados Unidos a formarte, aprender a maquillarte, trabajar con textos y guiones que no son tuyos y estar disponible 24 horas. Hoy estás en Vigo y mañana tienes que estar en Cádiz. Son muchos días de carretera y de no dormir. ¿Qué otras cosas puedes hacer así? Es un trabajo en exclusividad, se mire por donde se mire", lamenta.
Hace una década se atrevió a comentar su malestar con la empresa, pero en esta ocasión el payaso no hizo mucha gracia. "Cuando les dije que consideraba que lo estaban haciendo mal me llamaron bolchevique y me invitaron a coger la puerta cuando quisiera", añade antes de justificar la pregunta inevitable. ¿Por qué no lo dejó? Porque, a pesar de todo, le compensaba. "Son muchas actuaciones, felicitaciones y sonrisas. Me encantaba lo que hacía", confiesa.
En su cabeza siempre estuvo que algo así podría pasar, pero no de esta forma. Pensaba que después de tantos años sin poner un 'pero' la empresa tendría algún tipo de deferencia ante una situación laboral que "no era justa". No fue así y ahora, tras no conseguir hablar con la empresa para llegar a un acuerdo, J.G.B.F. ha emprendido una batalla legal en busca de lo que cree que le pertenece: una indemnización por despido improcedente "tras haber estado todo este tiempo trabajando como falso autónomo".
"No he tenido ni un día de vacaciones a pesar de ser autónomo dependiente (aquel que percibe más del 75% de sus ingresos de un solo cliente) y ahora no se dignan ni a preguntarme cómo estoy. Nada. Ni una llamada, una patada en el culo sin más. Han visto que ha salido publicado en prensa y tampoco. A mí todo esto me duele, es muy duro", afirma dejando claro que nunca volvería a trabajar para ellos.
"ERA UN FALSO AUTÓNOMO"
"Mi relación laboral era de falso autónomo y mis cotizaciones no valen nada, así que como mínimo espero que se den cuenta de que soy una persona, no un mono. No se trata así a un tipo que lleva 14 años en tu casa, no soy un papel que se tira a la basura", concluye apuntando al trato recibido como principal motivo de una demanda de la que la compañía niega tener constancia. En declaraciones a El Huffington Post, ésta afirma que “a día de hoy la Asociación de Licenciatarios del Sistema McDonald’s en España no ha recibido ninguna notificación de demanda", motivo por el cual, aseguran, no van a emitir ninguna valoración por el momento.
Sin embargo, este diario ha podido comprobar tanto la demanda como el burofax que recibió la empresa. Según el abogado del demandante "no pueden decir que desconocen el tema", aunque supone que estarán esperando a la admisión a trámite. "Debido al retraso judicial sabemos que ha caído en el Juzgado Social 32 de Madrid y se le ha asignado el número de procedimiento, pero todavía no hemos recibido el decreto de admisión a trámite y la fecha del juicio", aclara.
A pesar de todo, J.G.B.F. puede considerarse un tipo con suerte. Tras unos primeros meses de 2015 muy duros, una conversación con un amigo le sacó del apuro. Éste le recordó que con 19 años había aprobado una oposición al Instituto Nacional de la Seguridad Social y que desde entonces estaba de excedencia. "¡Yo ni me acordaba! Encontrarme con esta oportunidad, aunque me haya tenido que poner a estudiar con 55 años, me ha permitido salir adelante. No es mucho, pero es un trabajo".