Mónica Oltra (Compromís): "PP es sinónimo de Partido Podrido"
Le deprime muchísimo ver House of Cards. Le agota tanta maldad. Esto es lo que siente Mónica Oltra (Compromís) cuando se sumerge en ese negro y sombrío universo norteamericano. Su visión de la política es radicalmente diferente y quiere marcar estilo propio durante la campaña de estas elecciones autonómicas. El objetivo: ser presidenta de la Generalitat Valenciana.
Es el gran reto político de su vida. La niña que nació en Alemania en 1969, hija de inmigrantes españoles, y que se afilió a los 15 años al Partido Comunista anhela ver cómo cae el Gobierno del Partido Popular tras más de veinte años al frente de la Generalitat. Ella es partidaria de que todas las fuerzas de izquierdas se unan para desbancar a los populares.
Según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Alberto Fabra ganará las elecciones con entre 33 y 35 escaños, pero perderá la mayoría absoluta. Detrás quedarían PSOE (22-23), Podemos (19), Ciudadanos (16) y Compromís (7-8). “Cualquier demócrata en este país sabe que al PP hay que hacerle en este momento un cordón sanitario”, defiende.
En el Partido Popular la conocen bastante bien. Ha sido un azote para ellos desde la tribuna de oradores de les Corts Valencianes con sus palabras, sus denuncias y sus camisetas con mensaje. Una mujer simplemente “esperanzada”, confiesa.
¿Cómo encaras esta campaña tan apasionante como impredecible en la Comunidad Valenciana?
Con valentía porque es intensa y larga, nosotros no hemos parado de estar en los últimos años en contacto con la gente. Me armo también de fuerzas y de paciencia porque está todo muy abierto, lo que hace que sea muy esperanzador.
¿Qué objetivo se marca Compromís? ¿Cuántos escaños quiere conseguir?
Los más que se puedan. No suelo marcarme números porque lo que quiero al final es conseguir un buen trabajo. Como la poesía de Cavafis, ‘lo importante es el camino, hacerlo bien’. Y además intento disfrutar porque lo que más me gusta de la política es el contacto con la gente. Sabemos que lo hemos hecho bien durante la legislatura, somos el grupo parlamentario que ha presentado más iniciativas y hemos ejercido el control parlamentario y la denuncia de la corrupción. Al lado de una denuncia hemos puesto también una alternativa. Ahora hay que hacer bien el trabajo de la campaña.
¿Cómo se ve el día después de las elecciones?
Más cerca de la Presidencia.
¿Qué ha pasado en la Comunidad Valenciana para que se haya llegado a esta situación política con numerosos casos de corrupción salpicando las instituciones?
El PP confundió mayoría absoluta con poder absoluto e instaló en las instituciones el abuso de poder. Esto es la antesala de la corrupción porque lleva a que sea imposible controlar la acción de Gobierno y a que uno se sienta impune. Ha sido un proceso paulatino en el que el PP se ocupó de bajar todas las barreras y las defensas de la democracia.
¿Qué ha supuesto el Gobierno del PP durante más de veinte años para la Comunidad?
Tenemos una comunidad situada en la España pobre, con una renta per cápita por debajo de la media y con un índice de paro por encima. Ahí nos ha colocado el PP. Somos la autonomía más endeudada en términos relativos y, encima, la imagen subidos al Ferrari de los dirigentes del PP ha alimentado el imaginario colectivo de que aquí se ataban los perros con longanizas y todos somos ricos.
Las encuestas dicen que el PP va a volver a ser la fuerza más votada, ¿cree que pasará?
Todas las encuestas le dan alrededor del 30%, lo que es menos que el 70%. Yo niego la mayor, no va a ser la fuerza más votada porque va a haber un 70% de valencianos que voten a otras fuerzas.
¿Habrá una unión de los partidos de izquierdas para desbancar al PP?
Sí, porque es lo que necesitamos los valencianos y seríamos unos irresponsables si no supiéramos hacerlo. Estoy convencida de que va a haber unos acuerdos y vamos a pasar de la mayoría absoluta al diálogo absoluto. Es lo que más esperanza me da en la nueva etapa política que vamos a abrir del multipartidismo, de transigir, de escuchar. La palabra va a volver a ser la reina del Parlamento, antes era el voto. Yo creo que va a haber un acuerdo de fuerzas políticas para constituir un Gobierno que ponga en el centro de las políticas a las personas, que rescate personas frente a los que han rescatado bancos.
Si el PSOE es la segunda fuerza tras el PP, ¿estaría dispuesta a darle su apoyo a Ximo Puig para que fuera presidente?
No es cuestión de quién, sino de qué. Estaré dispuesta a dialogar y a llegar a pactos sobre un programa político, que no tiene que tener 200 folios. En lo que cabe en un folio se puede cambiar el mundo.
En estas elecciones aparece por primera vez el fenómeno de Podemos y va a luchar por la misma franja de voto que Compromís. ¿Les van a restar fuerza? ¿Se plantean ir juntos en el futuro?
No tengo sentido patrimonial del voto, a nosotros no nos quita nadie nada. Nosotros nos presentamos y tendremos la fuerza que nos quiera dar la gente con su voto. Nunca he visto las cosas en los términos de me quitas o me das. Nosotros ya propusimos en su día una gran convergencia dentro de las fuerzas políticas valencianas con los mismos parámetros, con un discurso emancipador de cambio que pusiera a las personas en el centro. No fue acogida porque cada uno al final decide.
¿Qué diferencia hay entre Compromís y Podemos?
Primera: el programa electoral lo hemos hecho aquí, no nos lo han hecho en Madrid en un laboratorio. No necesitamos estudiar qué está pasando en esta comunidad, lo sabemos porque conocemos a la gente que ha padecido las políticas del PP. Somos un partido de proximidad que conoce los problemas de las personas porque las hemos escuchado, abrazado, reído y llorado con ellas.
La segunda, que es fundamental, es que en nuestro discurso pesa mucho lo medioambiental. Para nosotros, el cambio climático y el hecho de que las energías fósiles se acaban son los dos mayores retos a los que se enfrenta la humanidad en un futuro muy próximo. La política tiene que tener ya respuestas para eso, que no nos pille el toro, como nos ha pasado con la crisis-estafa. Esto no está presente en otras fuerzas y está ausente en el discurso en general. Compromís tiene en su médula el discurso medioambiental.
En las últimas semanas hemos visto un subidón brutal en las encuestas de Ciudadanos y en la Comunidad Valenciana pueden ser decisivos. ¿Qué le parece el fenómeno?
Creo que la gente se piensa más el voto que la contestación a una encuesta. Por tanto, con esta premisa, esto tendrá un reflejo en el voto y, a medida que avanza la campaña, los candidatos van tomando dimensión. Todos los carteles que Compromís pegará en los próximos quince días serán de personas que van a estar en los ayuntamientos y en las Cortes, no de señores que no se presentan. Esto no son las elecciones generales, aquí nos estamos jugando los derechos de todo lo que hace un ciudadano en un día como ir al médico o llevar a sus hijos al colegio. La cosas al final se acaban redimensionando.
¿Cree que pactarán con el PP o con el bloque de la izquierdas?
No creo que ningún partido demócrata vaya a pactar con el PP, que en este momento es sinónimo de Partido Podrido. Tienen la corrupción metida en la médula y pactar con ellos es sinónimo de seguir con la podredumbre. Tienen que dejar de gobernar para acabar con la porquería que tienen dentro de su casa. Cualquier demócrata en este país sabe que al PP hay que hacerle en este momento un cordón sanitario.
Los ciudadanos piden un ejercicio de transparencia a los políticos, ¿cuánto cobra al mes?
No cobro todos los meses igual porque depende del número de plenos y el kilometraje varía. Pero mi nómina suele oscilar entre 2.700 y 2.800 euros netos. Lo que pasa es que de ahí paso al partido 450 euros al mes, ya que se pagan salarios, servicios… Se me suele quedar a mí en 2.300 o 2.350, depende del mes.
¿Qué sueldo fijaría para el presidente de la Generalitat valenciana?
Habría que referenciarlo al salario mínimo. Si el sueldo de los políticos depende del salario mínimo, ya se preocuparían de subirlo. Nos quedamos solos cuando lo propusimos en las Cortes. Yo con lo que tengo me parece suficiente, no necesitaría más. Es un salario que está bien, que es equiparable a un grupo A de la administración pública. Estoy hablando de un sueldo que es cuatro, cinco o seis veces más de lo que tienen algunas personas al mes. Soy muy consciente de ello.
¿Cuánto cuesta su campaña?
Me has pillado, no lo sé. Lo preguntaré. Seguro que mucho menos de lo que alguna gente se piensa porque trabajamos con poco presupuesto. La última la hicimos con cuatro perras porque no nos financiaron demasiado, ya que las encuestas no eran favorables. Pero en este momento no lo sé y probablemente me debería haber preocupado de saberlo.
En la pegada de carteles
Si llegara a la Presidencia de la Generalitat, ¿qué sería lo primero que haría y a quién haría la primera llamada?
Las primeras medidas serían planes de choque contra la pobreza y contra la corrupción. Intentaría hablar con los representantes de los empleados públicos. Es cierto que el PP nos va a dejar una herencia muy envenenada, mucha deuda, mucha ruina y facturas en los cajones, pero vamos a heredar el gran tesoro de los empleados públicos, que tienen muchas ganas de sacar adelante a esta comunidad y que se dejan la piel para que tengamos unos buenos servicios. Tienen mucho que decir y han tenido que estar durante muchos años callados.
¿Se ha planteado el salto a la política nacional?
Me lo han planteado, pero yo soy de cosas pequeñas. España es demasiado grande probablemente, a mí me gusta mi tierra y, como dice mi marido, formo parte de ella como los árboles de El Saler. Es difícil arrancarme de aquí, yo tengo un compromiso con los valencianos. Mi tierra es esta. Además, yo me presento a presidenta de la Generalitat y esto me va a vincular cuatro años. Nunca me ha gustado la gente que te pide su voto y luego no cumple, la honestidad en política pasa por cumplir con la palabra dada.
¿Tiene fecha de caducidad su carrera política?
Sí.
¿Cuándo?
Un gobernante no debe durar más de dos legislaturas. Nos habríamos ahorrado muchos disgustos en nuestro país si hubiéramos tenido limitación de mandatos en el Gobierno. En el Parlamento también tiene que haber un momento en el que uno diga basta y, además, mi profesión me gusta muchísimo. Estoy en la política toda la vida, pero el cargo público es transitorio.