Guerra soterrada entre Cospedal y Arenas en vísperas de las elecciones
La ofensiva lanzada por María Dolores de Cospedal contra Javier Arenas ha tenido este sábado un nuevo episodio protagonizado por el portavoz adjunto del PP en el Congreso, Agustín Conde, una de las personas de confianza de la secretaria general del PP. En una rueda de prensa en Toledo, Conde ha señalado que si el PP "se deshace en filtraciones, va mal", criticando a aquellos que "no dan la cara" ni dan su nombre.
Conde se ha unido así a las críticas lanzadas el viernes por la portavoz del PP castellano-manchego, Carmen Riolobos, que aludía a "los que perdieron en Andalucía" dentro del partido, asegurando que ahora se dedican "a desestabilizar el partido".
Conde no ha querido dar nombres concretos porque a su juicio, "a buen entendedor, pocas palabras bastan", ya que tampoco se trata "de decirlo todos los días", al tiempo que ha cargado contra los que no revelan su identidad. "Lo que yo diga, saldrá que lo ha dicho Agustín Conde, como este viernes lo hizo Carmen Riolobos. Esto es un ejercicio de responsabilidad y valentía", ha asegurado.
Conde ha apelado a la "unidad" del partido en torno a su presidente, Mariano Rajoy, y de su secretaria general, María Dolores de Cospedal, ya que, a su parecer, "todo lo que sea poner en duda su liderazgo hace un serio daño al PP".
"En el PP de Castilla-La Mancha no estamos dispuestos a que se le haga daño al PP sin alzar la voz y reclamar lealtad a sus dirigentes", ha sentenciado, al tiempo que ha criticado a "otros y otras" que "no siempre" han hablado bien de sus máximos dirigentes.
CALMA TENSA
Las diferencias entre la secretaria general del PP y el ex presidente del PP de Andalucía han roto la tensa calma que existía en la dirección nacional del partido a poco más de un mes para las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo.
La secretaria general del PP no olvida el papel que jugó el ex ministro hace un año, cuando Rajoy designó a Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo líder del partido en la región y como candidato a la Presidencia de la Junta. Tras el reciente resultado de los comicios autonómicos, donde el PP pasó de 50 a 33 escaños y perdió medio millón de votos, desde el entorno de la secretaria general se recuerda que su candidato "era otro".
Cospedal se había implicado en el relevo del PP andaluz desde que el presidente y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, comunicó que prefería quedarse en sus responsabilidades municipales en la ciudad. Entonces comenzó a buscar alternativas y dio alas al dúo formado por el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, y el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto.
Sin embargo, Rajoy se decantó en el último momento por Juan Manuel Moreno, colaborador y amigo de Soraya Sáenz de Santamaría y próximo a Javier Arenas. El enfado de Cospedal fue tal que ordenó al vicesecretario general de Organización, Carlos Floriano, que telefoneara al malagueño para comunicarle la noticia. Mientras, ella esperó varios días para hablar con el candidato.
RUMORES DE CAMBIO EN LA CÚPULA
La decisión de Rajoy se interpretó, tanto dentro como fuera del partido, como un triunfo de Sáenz de Santamaría y Arenas frente a Cospedal, que hasta entonces mantenía un estrecho control del partido con varios afines colocados en puestos clave. Desde entonces, con cierta periodicidad han aparecido rumores de cambios en la cúpula del partido.
Cospedal considera que gran parte de esas filtraciones proceden del entorno de Arenas, que nunca comparece en rueda de prensa ni concede entrevistas pero que sigue teniendo presencia en los medios. De hecho, cada vez que ha surgido un hueco en el Consejo de Ministros su nombre ha aparecido siempre en las quinielas.
Arenas no está en la primera fila pero sigue gozando de hilo directo con el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, con quien habla de manera frecuente y a quien suele invitar los fines de semana, junto a su esposa, Elvira Fernández, por la buena relación personal que existe entre ambos matrimonios.
Sin embargo, los dardos hacia Cospedal proceden de muchos sectores del partido. Su gestión del caso Bárcenas, con manifestaciones como la del "despido en diferido", pesan en su currículum como secretaria general. Muchos la consideran culpable de la inacción política y falta de discurso del PP en esta legislatura. Es una opinión numerosa que, en cambio, nadie se atreve a exponer en público.
La número dos de los populares cuestionó en una reciente entrevista en televisión que se hiciera más caso a las voces del partido que se esconden como 'fuentes' que a las oficiales que contestan abiertamente.
CRÍTICAS "INJUSTAS"
En la dirección nacional del PP hay cargos que consideran que las críticas a Cospedal son "injustas" porque ella ha hecho un "sobreesfuerzo" para compaginar la Secretaría General del PP con sus responsabilidades en Castilla-La Mancha, tal y como Rajoy le propuso en 2008 para tratar de empujarla a la Presidencia de la Junta y como volvió a pedirle en 2012.
Los dirigentes que no comparten aquella decisión de Rajoy critican que la manchega "está muy poco" en la sede nacional de Génova y que no se interesa por marcar las directrices "en el día a día". En cambio, sus defensores apuntan hacia La Moncloa e indican que es allí donde tienen que fijar la estrategia y donde deben ser los primeros en explicar las reformas del Gobierno.
En particular, culpan a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de meterse en el despacho de lunes a jueves y de comparecer únicamente los viernes para la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Si el resto de los días alguien critica al Gobierno, denuncian desde Génova, "nos toca defender a Rajoy desde aquí".
Entre otros motivos, por eso el Comité de Campaña del PP para las elecciones autonómicas y municipales de mayo incluyó por primera vez el nombramiento de un portavoz. El joven Pablo Casado recibió ese encargo y, desde enero, ha tenido que dar la cara en favor del partido y el Gobierno en momentos adversos, como la noche de las elecciones andaluzas.
COSPEDAL VS SANTAMARÍA
La relación entre las dos mujeres de confianza de Rajoy tampoco es buena. Una tiene plenas competencias en La Moncloa y la otra en la sede nacional de Génova 13, pero la relación entre ambas es mínima, "prácticamente inexistente", según las fuentes consultadas por Servimedia. Las dos reciben órdenes del presidente pero apenas hablan entre ellas.
Los dirigentes ajenos a los respectivos equipos de Sáenz de Santamaría y Cospedal se declaran "sorprendidos" por la lucha de poder entre las dos mujeres que en este momento dentro del PP consideran con más probabilidades para suceder a Mariano Rajoy en un futuro. Critican la "pelea de egos" y lamentan que Rajoy "no ponga orden y coordinación" entre el Gobierno y el partido.
La realidad es que Cospedal está bastante sola en la cúpula del PP, donde sólo puede apoyarse en Carlos Floriano. Con Arenas hay una guerra abierta y con el responsable de Estudios y Programas, Esteban González Pons, no puede contar a tiempo completo porque pasa la mitad del tiempo en Bruselas como eurodiputado.
Esta fractura, que ya existía en cierto modo cuando Rajoy decidió su equipo de confianza en el Congreso Nacional de Sevilla en febrero de 2012, se ha acentuado en el último año y, sobre todo, a raíz de la derrota del PP en las elecciones andaluzas. En el entorno de Cospedal se culpa directamente a Arenas del resultado cosechado por Juan Manuel Moreno, pues le consideran su candidato, y se sostiene que con otro líder habría ido mejor.
La tensión parece haber estallado del todo a poco más de un mes para las elecciones municipales y autonómicas de mayo, donde el PP se juega el poder de 10 comunidades y de más de 3.700 ayuntamientos. Además, esta crisis surge en vísperas de la Junta Directiva Nacional convocada por Mariano Rajoy para el martes. Este órgano del partido, el más importante entre congresos e integrado por unos 600 altos cargos de toda España, llevaba dos años sin reunirse.
Cospedal cree que esa convocatoria, a la que obligan los Estatutos del PP para aprobar las coaliciones con otros partidos para los comicios del 24 de mayo, se ha aprovechado por parte de sus detractores para cuestionar a la cúpula y reavivar los rumores sobre posibles cambios que "en absoluto" están planteados. Tal y como dijo Riolobos el viernes en nombre del equipo de la manchega, son "supuestas decisiones que sólo están en su cabeza", es decir, en la de aquellos que conspiran contra la secretaria general.