10 síntomas de que estás obsesionado con la moda (GIFS)
La moda no te gusta, te encanta, te apasiona... O mejor aún, te obsesiona. Sigues los pasos de modelos e it girls, estás al día de todas las colecciones y te mueves por las tiendas on line como pez en el agua.
¿Te suena? Si cumples estos requisitos, quizás es porque eres un obsesionado de la moda. Igual que hay adictos a series o libros, existen también fashion victims que viven por y para las tendencias estilísticas. Si quieres saber si eres uno de ellos, sólo tienes que leer esta lista de síntomas. Mira cuántos cumples y descubrirás tu grado de obsesión.
Te acuestas con Alexa Chung y te despiertas con Alessandra Ambrosio (por eso de la diferencia horaria).
Está fenomenal que sigas en Instagram a todas las tops, its, bloggers y anglicismos varios… pero de ahí a que te vayas a la cama pegada al móvil, siendo lo último que haces por la noche y lo primero que ves por la mañana, hay un trecho.
Juzgas a la gente por su forma de vestir.
Nunca lo vas a reconocer públicamente pero en tu interior sabes muy bien que tu compañera de trabajo con look noventero (matizamos: no de inspiración noventera, que eso sí sería cool), no te cayó bien de primeras y le pusiste la etiqueta.
A las 00:00 horas del 7 de enero y del 1 de julio te sientas delante del ordenador a comprar como una loca.
Entendemos que en realidad lo haces por tu economía, porque es más inteligente comprar con descuentos que sin ellos, pero… ¿no crees que estás exagerando un poco? Eres la versión cibernética de la señora que sale todos los años en el informativo empujando a la gente mientras cruza, en el primer puesto, la puerta de El Corte Inglés al comienzo de las rebajas. Sí, esa de la que siempre te habías reído…
Posas en las fotos como si fueses una egoblogger
Ya no sabes diferenciar la ficción de la realidad. Si tu álbum de fotos de las vacaciones parece el catálogo de verano de Urban Outfitters, tienes un problema muy serio.
Tu perro se llama Poppy, Cara, Coco, Karl…
Cualquier nombre corto relacionado con el mundo de la moda lo consideras perfecto para bautizar a tu mascota. Necesitas poner freno lo antes posible, porque no queremos ni pensar de lo que serás capaz cuando tengas un hijo. Podrías trasladar el clásico Kevin Costner de Jesús a los nuevos tiempos. Y eso sería un drama.
Cuando vas a una tienda low cost identificas cada una de las copias de la colección.
En cuanto pones un pie en Zara no ves vestidos: tú solo ves clones. Y paseas, percha a percha, como un policía de la moda: Vuitton, Balmain, Chanel, más Vuitton… Ya no hay nada que te sorprenda.
Tus vacaciones y escapadas giran en torno a la moda
Una exposición de McQueen en Londres, un fin de semana de shopping en París, una visita a los jardines de Yves Saint Laurent en Marrakech…
Para ti los estampados flamenco (el animal, digo) están pasadísimos.
Vale que llevamos ya un par de veranos viéndolos quizá demasiado en camisas, vestidos, papeles pintados, vasos… Pero en realidad eso lo sabes tú porque vives con un exceso de información de moda. Para tu amiga abogada que sale a las dos de la mañana de trabajar y lo más moderno que ve en durante la jornada es la corbata de Vespas del socio mono del bufete, pueden ser lo más de lo más este verano. ¡Cuqui ella!
Solo ves películas por su vestuario
Igual aquí te pasas un poco. Hay vida cinematográfica más allá de Anna Karenina, El diablo viste de Prada o Sexo en Nueva York. Tienes que abrirte a todo.
Tu casa es mona, tu armario es mono…
En definitiva, tu vida es mona . Y te preguntarás: "¿qué tiene eso de malo?". Pues mucho. El día a día es espontáneo e impredecible y no disfrutas de él si estás solo pendiente de la estética y de tu cuenta de Pinterest.