El Madrid solventa el trámite y coge aire antes del Camp Nou
Un doblete del galés Gareth Bale en la primera parte permitió al Real Madrid vencer al Levante (2-0) y tomarse un respiro antes de afrontar el próximo domingo el clásico ante el Barcelona, líder de la Liga española, en el Camp Nou.
Después de los últimos malos resultados, que provocaron la pérdida del liderato y una tremenda marejada, la visita del cuadro levantinista fue todo un bálsamo para el equipo blanco, al menos en cuanto a la tabla clasificatoria. Así, acudirá al esperado duelo con el Barcelona a un punto de distancia.
El italiano Carlo Ancelotti aprovechó para dar descanso al alemán Toni Kroos, conceder la manija y minutos al croata Luka Modric junto al brasileño Lucas Silva e hizo reaparecer a Sergio Ramos, dos jugadores que pueden ser claves para el gran duelo. El croata y el capitán dieron orden y consistencia al equipo.
Frente a un Levante encogido, demasiado pertrechado alrededor de su área, el Real Madrid dominó prácticamente a placer desde el pitido inicial, aunque bajó el ritmo en el segundo periodo y casi se dejó ir sin poner en peligro el resultado.
No tardó Cristiano Ronaldo (m.5) en mandar un balón a un palo. Fue el preludio de un compromiso cómodo para los blancos, que encarrilaron la victoria por medio de Bale, que se reencontró con el gol y marcó en los minutos 18 y 40 al aprovechar un rechace tras una chilena de Cristiano Ronaldo que sacó la zaga bajo los palos y al desviar un disparo del luso, errático y desesperado por marcar durante toda la noche.
El descanso frenó el énfasis del Real Madrid. El francés Karim Benzema se inventó un remate espectacular que se topó con una escuadra y Ancelotti optó por no arriesgar más con Isco Alarcón, que se hubiera quedado fuera del Camp Nou si hubiera sido amonestado, y también reemplazó a Modric a falta de un cuarto de hora.
LA RABIA DE BALE
Perdido en los últimos partidos del Real Madrid, criticado por un sector de su público y con unas estadísticas alejadas de sus números habituales, Bale acabó este domingo con una la peor racha de su carrera. Eran 810 minutos los que llevaba sin marcar.
Consiguió su premio en el minuto 18, con un derechazo dentro del área tras un rechace a tiro de Cristiano Ronaldo. En ese instante acabó su racha, precisamente con la pierna que tantos quebraderos de cabeza le trae cuando juega en la banda derecha, donde cada partido tiene que acomodar sus centros en perjuicio de su juego.
La celebración de Bale no fue como otra cualquiera. En ella, desató toda su rabia. Primero, con sus críticos, a los que mandó una señal tras llevarse las manos a sus orejas para insinuar que no les escuchaba después de su gol reparador. Al instante, culminó su festejo con una patada a uno de los banderines del fondo norte que tembló como un muelle.