Culpo a Hollywood de mis altas expectativas en cuanto a sexo
El cine, no contento con hacernos creer que el amor es un camino de rosas (y no de baldosas amarillas), también se ha empeñado en hacernos pensar que el sexo es muy diferente de lo que realmente es. Pero lo cierto es que cuando toca disfrutar de nuestro propio guión, las falsas expectativas nos empujan a un "luces, cámara y… decepción". Algo que viene siendo tal que así…
- En el cine: todo empieza con una melodía interpretada por un sensual saxofón.
- En la vida: cualquier música es extradiegética y, en demasiadas ocasiones es el tema We are in trouble de Shampoo. Tampoco se descarta un móvil poco oportuno o, peor aún, tripas que deciden empezar a rugir.
- En el cine: las piezas del puzle encajan a la perfección.
- En la vida: el "Uy, me he equivocado de agujero" se convierte en el "Mi perro se ha comido los deberes".
- En el cine: los dos llegan al orgasmo a la vez, con una sincronización que ya querría Gemma Mengual.
- En la vida: pues… no.
- En el cine: el orgasmo SIEMPRE llega. Y normalmente en cuestión de segundos.
- En la vida: pues… tampoco.
- En el cine: todas deben tomar la píldora y no existen las enfermedades de transmisión sexual porque NUNCA se usa preservativo.
- En la vida: algún hombre es medalla de oro en el arte del ninja-del-látex; es decir, intentando que nadie se dé cuenta de que no considera oportuno utilizar un condón.
- En el cine: tras el sexo, se miran apasionadamente a los ojos con amor inusitado.
- En la vida: si es el primer encuentro, es muy lícito aprovechar ese momento para echar un vistazo a la habitación ("Oh, oh… ¿Eso es un libro de autoayuda?").
- En el cine: nadie va al baño, no se pueden malgastar segundos de metraje con un acto tan banal.
- En la vida: ¿Acaso ellas no han sido acosadas por el estigma de "si no vas al baño tras tener sexo, vas a pillar una cistitis curiosa"?