El ladrón del Códice Calixtino, condenado a 10 años de cárcel
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El ladrón del Códice Calixtino, condenado a 10 años de cárcel

EFE

La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado al exelectricista de la Catedral de Santiago José Manuel Fernández Castiñeiras a diez años de prisión por hurto, robo continuado y blanqueo de capitales.

Así lo ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en relación a la sentencia por el juicio del robo del Códice Calixtino, que ha indicado que la mujer de Castiñeiras ha sido condenada a seis meses de cárcel, mientras que su hijo ha sido absuelto.

La Fiscalía pedía para el principal acusado por la sustracción del Códice Calixtino 15 años de prisión, mientras que la acusación particular ejercida por la Catedral solicitaba 31.

De hecho, en la última sesión del juicio el fiscal había considerado probado que Castiñeiras cometió los delitos de robo con fuerza por la sustracción del Códice Calixtino y de otros objetos y dinero de la Catedral, otro contra la intimidad y otro de blanqueo de capitales, por los que pedía una pena de 15 años de prisión.

Los magistrados consideran que Fernández Castiñeiras planeó utilizar el dinero sustraído en el tráfico mercantil, invirtiéndolo en la adquisición de fincas urbanas, para lo cual se puso de acuerdo con su mujer, quien era conocedora de la ausencia de medios de vida lícitos que justificasen la posesión de grandes cantidades de dinero en efectivo.

El fallo judicial indica, además, que se decreta también el comiso de los dos pisos, situados en Sanxenxo (Pontevedra) y en Milladoiro (A Coruña), que el acusado y su mujer adquirieron con dinero robado, y condenan al acusado a indemnizar a la catedral con cerca de dos millones de euros, dinero que la sala considera que le fue sustraído.

Parte de este dinero, cerca de 1.700.000 euros, ya ha sido entregado a la catedral por la Audiencia, al tratarse de dinero intervenido al ahora condenado.

El Códice, una joya manuscrita del siglo XII que constituye la primera guía del Camino de Santiago, fue encontrado un año después de su robo escondido envuelto en bolsas de basura en el garaje del electricista, extrabajador de la Catedral de Santiago.