Susana Díaz sobre la reunión de Zapatero con Iglesias y Errejón: "No me pareció oportuna"
La reunión del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el exministro de Defensa, José Bono, con los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, no gustó a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.
"Yo no habría ido", ha explicado en El Programa de AR de Telecinco, donde ha criticado a Iglesias y Errejón por criticar a aquellos con los que se reúnen. "No les gusta la casta, pero corren a cenar con ella", ha dicho Díaz, quien considera que "no ha sido muy oportuna" aunque no ve "maldad" en Zapatero y Bono.
Sobre Pedro Sánchez y su liderazgo, la presidenta andaluza ha explicado que el secretario general del PSOE "tiene un momento muy difícil" por delante porque "no es fácil dirigir el PSOE" en "un momento como este, donde los ciudadanos no confían en la política".
"Él tiene todo mi apoyo", ha continuado Díaz, quien asegura tener "una comunicación fluida" con Sánchez. Sin embargo, no ha querido mojarse y dar su apoyo al actual líder de los socialistas de cara a las primarias para elegir candidato a La Moncloa. "No voy a apoyar a nadie por responsabilidad", ha zanjado.
NI PP NI PODEMOS
Díaz confía en poder gobernar "en solitario" a partir de las elecciones del próximo 22 de marzo y, por ello, rechaza de plano pactar con las formaciones de Mariano Rajoy y Pablo Iglesias.
La presidenta andaluza ha asegurado no sentirse "identificada ni por el PP ni por Podemos" porque los primeros han hecho "mucho daño" y los segundos no le dan "seguridad" al plantear, dice la presidenta andaluza, "que puede gobernar sin pagar la deuda".
"Yo aspiro a gobernar con los andaluces, en solitario", ha insistido Díaz, quien ha vuelto a explicar su decisión de adelantar las elecciones por el cambio en la dirección nacional de Izquierda Unida.
"Entiendo que hay momentos en que, si las urnas dicen que hay una mayoría de izquierdas, se pongan de acuerdo. ¿Cuál es el límite? Los intereses de mi tierra", ha asegurado Díaz, que se ha negado a que su Gobierno sea "una moneda de cambio" en una convergencia entre IU y Podemos.