Elecciones en Grecia: Syriza logra una victoria que pone fin al "círculo vicioso de la austeridad"
Syriza lo ha logrado. Grecia ha decidido poner fin a la doctrina de la austeridad dictada por la troika y ha dado la victoria en las elecciones a la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), que ya ha hecho historia en las elecciones celebradas este 25 de enero. Los resultados abren un nuevo escenario que pone fin a un ciclo de cinco años de políticas dictadas por la troika. "La respuesta del pueblo griego cierra de forma incuestionable el círculo vicioso de la austeridad", dijo Alexis Tsipras, el gran vencedor de la jornada.
Según el recuento del 99,81% de los votos, Syriza ha logrado un 36,34% de los votos (149 escaños), por delante de Nueva Democracia (27,8% y 76 escaños). Le faltaría dos escaños para alcanzar la mayoría absoluta. Detrás quedan el partido neonazi Amanecer Dorado (6,28% y 17 asientos), To Potami (6% y 17 escaños), el Partido Comunista Griego (KKE, 5,47% y 15 escaños), Griegos Independientes (4,7% y 13 representantes) y el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK, 4,68% y 13 diputados).
El país llegó hasta estas elecciones de nuevo tras un adelanto, sin que hayan pasado tres años desde la última cita. El primer ministro, Antonis Samarás, apostó hace un mes su futuro político a la elección del presidente, que decidió adelantar a diciembre de 2014 para zanjar una incertidumbre que ya comenzaba a asomar. Perdió. Su formación ha obtenido 76 escaños, 53 menos que en 2012.
Tsipras, líder de Syriza, anunció en su discurso de celebración: "Grecia pasa página, Grecia deja atrás la austeridad del desastre. Deja atrás el miedo, deja atrás cinco años de dolor", y prometió negociar una "solución mutua, sostenible y justa" para el país.
El país ha elegido a su nuevo Gobierno sumido en la ruina, con una deuda que supone el 175%. La tasa de paro es del 25,9% y un 35,7% de la población está en riesgo de pobreza. Tsipras aseguró tras su victoria: "Tenemos plena conciencia de que el pueblo griego no nos da hoy un cheque en blanco, nos da un mandato de una renovación nacional, una reconstitución de la cohesión social".
Estas son algunas de las claves más importantes del resultado electoral en Grecia, que puede marcar una nueva senda en Europa, sobre todo en el sur.
Con el 92,24% de los votos escrutados, el resultado casi definitivo es el siguiente:
El objetivo de Tsipras, en lo que se había volcado en los últimos días, era conseguir una mayoría absoluta. Necesitaba al menos 101 escaños para conseguirlo, porque solo por ganar el sistema electoral griego le concede 50. No lo consiguió y se quedó en 149, a solo dos asientos de alcanzarlo.
Es el único pero a su victoria, pero uno importante, porque le obliga a buscar socios para poder formar Gobierno.
"Grecia pasa página, Grecia deja atrás la austeridad del desastre. Deja atrás el miedo, deja atrás cinco años de dolor", ha dicho el vencedor de las elecciones, Alexis Tsipras, ante una multitud que le aguardaba para celebrar la victoria. "La respuesta del pueblo griego cierra de forma incuestionable el círculo vicioso de la austeridad", insistió.
El líder de Syriza dijo que tiene claro que Grecia no le ha dado un cheque en blanco “sino un mandato para reorganizar el país”.
“Hoy perdió la Grecia de los oligarcas y de los corruptos”, dijo Tsipras, quien afirmó que “ganó la Grecia del trabajo, del conocimiento y de la cultura”.
“Ganó la Grecia que lucha y tiene esperanza”, agregó el líder izquierdista entre los vítores de sus seguidores, que lanzaron fuegos artificiales. Y perdió “la Grecia de las élites, las oligarquías y las medidas antidemocráticas".
En clave europea, Tsipras afirmó también que su victoria es también “la de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad que destroza nuestro futuro”. “El nuevo Gobierno negociará con nuestros socios europeos”, dijo Tsipras, quien afirmó que presentará su propio plan de reformas “sin nuevos déficit pero tampoco sin un superávit irrealizable”.
“El nuevo gobierno desmentirá a todos los que ven destrucción. No habrá desastre, ni tampoco sumisión. Nuestro objetivo desde el primer día es restablecernos de las consecuencias de la crisis”.
“Pero antes de todo, el pueblo debe recobrar su dignidad, el optimismo, la sonrisa... ese es el mensaje primordial”, añadió.
To Potami, una formación de centro izquierda que propugna la lucha contra la corrupción, se ha presentado por primera vez a las elecciones y ha quedado en cuarto lugar. El líder del grupo de los liberales en el Parlamento Europeo (PE), Guy Verhofstadt, felicitó a su líder, Stavros Theodorakis.
“El éxito de To Potami, que ofrece una alternativa viable a los partidos tradicionales de derecha e izquierda, prueba que hay apetito por políticas en Grecia proeuropeas y en favor de las reformas”, agregó en un comunicado.
Más preocupante es la consolidación del partido neonazi Amanecer Dorado, cuyo dirigente, Nikos Mijaloliakos, celebró desde la cárcel los resultados alcanzados por su partido, que lo convierten en tercera fuerza del país.
"Se trata de una victoria considerable si tenemos en cuenta que no recibimos un tratamiento democrático y en igualdad", dijo Mijaloliakos en un mensaje grabado en la cárcel, donde se encuentra en prisión preventiva por presuntas actividades criminales, junto a otros seis diputados del partido.
El PASOK, uno de los partidos históricos en Grecia que ha llevado las riendas del poder durante años, ha terminado de hundirse después de la caída que tuvo en 2012, cuando obtuvo 33 escaños. En estas elecciones se ha quedado con 13 y se ha convertido en el partido más minoritario del nuevo Parlamento Griego.
El líder del partido, Evangelos Venizelos ha asumido la responsabilidad por el “pequeño e insuficiente porcentaje” obtenido, si bien también ha aprovechado para criticar al histórico dirigente socialista Giorgos Papandreu, otrora primer ministro y que en estas elecciones ha decidido presentarse al frente de un nuevo partido.
Según el actual líder de los socialistas, con su decisión Papandreu ha dividido a los socialistas helenos “a su antojo”. El nuevo partido del histórico político, Movimiento de los Socialistas Democráticos, no supera el umbral del 3% de los votos y se queda sin representación.
"Vamos a formar un Gobierno de todos los griegos y todas las griegas. Vamos a luchar todos y todas juntos y juntas para reconstruir nuestro país en base justa y provechosa para nuestro pueblo. Hoy no ha perdedores ni vencidos. Hoy la vencida es la Grecia de las élites, las oligarquías y las medidas antidemocráticas", ha prometido Tsipras.
Al no conseguir la mayoría absoluta, deberá buscar un socio. Queda descartado cualquier acuerdo con los neonazis de Amanecer Dorado.
El partido centrista To Potami ya ha ofrecido su colaboración. El líder del partido, Stavros Theodorakis, ha destacado la necesidad de evitar una nueva convocatoria electoral y por ello ha destacado que Syriza necesita aliados. “Un país no puede cambiar con un partido con 151 diputados”, ha argumentado.
El Partido Comunista Griego (KKE), se ha mostrado más crítico y ha destacado a través de su líder, Dimitris Koutsoumbas, que los griegos han expresado su ira y su “falsa esperanza” por el cambio. Koutsoumbas cree que Tsipras “seguirá con las mismas políticas”.
La campaña del miedo al hundimiento definitivo de Grecia si ganaba Syriza no ha funcionado. El Fondo Monetario Internacional decidió suspender las negociaciones sobre el rescate al país cuando se convocaron las elecciones anticipadas, hasta que el país tuviese nuevo Gobierno.
A través del comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, la Comisión Europea también se dio prisa en asustar e instó a los ciudadanos y políticos griegos a tener "un fuerte compromiso con Europa" con "un amplio apoyo" al "necesario proceso de reformas favorables al crecimiento" necesarias, según la CE, "para que Grecia prospere en la eurozona".
El BCE, sin embargo, prefirió no presionar y se limitó a decir que "corresponde al electorado griego decidir sobre la futura composición del Parlamento y el Gobierno".
El pueblo griego puede exigir a Syriza el cumplimiento del programa de Tesalónica de Syriza, que le ha llevado a la victoria, y que incluye entre otros estos compromisos:
- Electricidad gratuita para 300.000 hogares para luchar contra la pobreza energética
- Sanidad universal y gratuita, después de que miles de griegos hayan sido expulsados del sistema sanitario por no tener trabajo
- Creación de 300.000 puestos de trabajo
- La vuelta del salario mínimo a 751 euros
- La supresión del nuevo impuesto sobre el patrimonio
- Condicionar la devolución de la deuda a la vuelta al crecimiento
- Una quita a la mayor parte de la deuda y una moratoria para el pago
Tsipras ha sido claro en su discurso: "El nuevo Gobierno griego estará listo para negociar una solución mutua, sostenible y justa para que Grecia salga del círculo vicioso del endeudamiento”. Lo primero es sacar de la pobreza a su país, ha asegurado, y terminar con el dolor y el sufrimiento que le ha causado la austeridad.
El dirigente griego ya había dicho, de todas formas, que su intención es “cambiar Europa, no desmantelarla”, y en su viaje al centro ya había sustituido su discurso del impago por otro de negociación de una quita.
El responsable del programa económico de Syriza, Yannis Miliós, afirmó al conocerse su victoria que el programa acordado entre el primer ministro griego en funciones, Andonis Samarás, y el eurogrupo "está muerto".
"Supongo que Gikas Jardúvelis -ministro de Finanzas en funciones- se limitará mañana en el eurogrupo a discusiones de carácter técnico, pues el programa que había acordado Jardúvelis como representante de Samarás ya está muerto".
La Comisión Europea ha rechazado hacer ningún comentario hasta conocer los resultados definitivos. Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona serán los primeros en realizar el análisis de la nueva situación en Grecia en su reunión de este lunes en Bruselas, en la que evaluarán la hipótesis de una nueva prolongación del segundo rescate griego.
Los Diecinueve consideran que es poco probable que Grecia haya formado un Gobierno hasta finales de febrero, y además haya retomado y finalizado en las cinco semanas hasta entonces la quinta revisión del programa. El Eurogrupo, según fuentes comunitarias, debatirá sobre “el camino a seguir” tras las elecciones porque lo único certero que tendrán los ministros sobre la mesa es el resultado electoral.
La primera prolongación de la parte europea del rescate expira el 28 de febrero, de manera que desde el 1 de marzo ya no habrá ninguna red de seguridad para Grecia, salvo la del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, recordó que la economía Grecia sigue necesitando apoyo externo y advirtió al futuro Gobierno de Atenas que ese respaldo sólo tiene cabida “si se respetan los acuerdos” adoptados.
“Está claro que Grecia no puede todavía prescindir del apoyo de un programa de ayuda. Y, naturalmente, un programa de ese tipo sólo puede darse cuando se cumplen los acuerdos”, afirmó Weidmann en una entrevista con la primera cadena de la televisión pública alemana ARD tras conocerse que los sondeos dan la victoria a la coalición izquierdista Syriza.
El presidente del banco central alemán confió en que “el nuevo gobierno griego no haga promesas ilusorias que el país no se puede permitir” y que continúe con las reformas estructurales que se necesitan sin poner en cuestión lo conseguido hasta el momento. A su juicio, el objetivo es que las finanzas griegas sean sostenibles a largo plazo y “mientras ése no sea el caso, una quita de la deuda sólo dará un breve respiro”.