Cuando los Reyes Magos no aciertan: cómo pueden gestionar los padres la decepción del niño
Un coche teledirigido al que le faltan las pilas para poder utilizarlo, un paquete que sufrió un golpe en su largo viaje desde Oriente y vino un poco magullado o un videojuego para el que se necesita un accesorio que no tenemos. Los Reyes Magos cometen algunos pequeños fallos en su afán por hacer felices a todos los niños del mundo, pero que tienen solución al alcance de los padres: comprar ellos las pilas, acudir al servicio técnico o cambiar el artículo si viene con ticket regalo.
En algunos casos las equivocaciones van un poco más allá. Hay casas en las que Sus Majestades se olvidan de dejar algún juguete que el niño había pedido o no es justo el modelo que había especificado en la carta. El resultado: lágrimas y enfado nada más desenvolver los regalos. ¿Qué se puede hacer ante ese niño que llora y se lleva un disgusto en la mañana más mágica del año?
"Si el niño se lleva un berrinche es porque los padres han dejado que se llegue a esa situación", asegura tajante David Cuadrado, coach para padres. Primero, porque podían haber aprovechado el momento de escribir la carta a los Reyes para orientar a su hijo, pero también porque a lo largo del año no le han inculcado algo muy importante: cómo hacer frente a la frustración.
CONVERTIR LA FRUSTRACIÓN EN APRENDIZAJE
Si el niño reacciona con una rabieta, los padres tienen la oportunidad de convertir ese disgusto en una valiosa lección emocional. "No siempre obtenemos en la vida lo que esperamos de ella", recuerdala psicóloga Alicia López de Fez, quien recomienda a los padres que comenten con su hijo que entienden su decepción, pero que también le ayuden "a ver que los regalos que ha recibido tienen un lado positivo y atractivo".
En el mismo sentido, la psicopedagoga Maite Vallet apunta que "hay que educarles para superar la frustración". Para ese momento de tensión frente al árbol y los regalos, el mensaje hay que transmitir a los hijos es, según ella, "explicarles que muchas veces necesitamos tiempo y esfuerzo en conseguir algo que queremos y que puede que no lo logremos, pero que en ese caso no podemos dejar de disfrutar de lo que tenemos".
UN RETO PARA LOS PADRES
La pataleta del niño es una prueba para los padres. Según señala la vicepresidenta del Col·legi de Pedagogs de Catalunya, Victòria Gómez Serés, "no deben asumir como propia esa frustración de su hijo, como cuando no es invitado a un cumpleaños. Hay que enseñar a los niños a ser autónomos, a ver lo positivo y a que sepan gestionar sus emociones".
La clave está, precisamente, en abordarlo desde la positividad. "Se le puede decir que puede elegir entre quedarse sin nada o disfrutar con lo que le han traído los Reyes", sugiere la psicóloga María Jesús Álava. Es importante que el niño entienda que nadie tiene la culpa de que no le hayan traído lo que quería y hacerle ver que los Reyes ya han llegado y hasta dentro de un año no vuelven.
"Puedes dar las gracias o pasarte un año enfadado", es una frase que recomienda usar a los padres esta experta. Además, apunta una idea: recordarle que hay miles de niños que no reciben regalos porque los Reyes no pueden llegar donde viven y que quizá él sí pueda compartir los suyos en alguna acción solidaria.