10 cosas que aprendes cuando te vas a vivir solo (GIFS)
A todo el mundo le llega el momento: cumples una edad y te independizas. Puede que te vayas a vivir con amigos o con pareja, o quizá has encontrado algo sólo para ti. Pero compartas piso o no, vas a enfrentarte a situaciones que nunca habías conocido, como:
1. Siempre hay algo que limpiar.
El polvo tiene propiedades evolutivas y se convierte en lanas peludas que aumentan de tamaño a más velocidad de la que puedes limpiarlas.
2. La eterna batalla contra los electrodomésticos desconocidos.
¿Los microondas no son supuestamente intuitivos? ¿Por qué la lavadora hace tanto ruido? ¿Por qué el lavavajillas huele tan mal? ¿Qué hacen tus padres con la nevera para que el puré siga buenísimo días después de hacerlo?
3. La comida no aparece por arte de magia en la nevera
Descongelar a tiempo, hacer platos de reserva, usar lo que pronto caducará... ¿Cómo gestionar todo esto? Acabarás comiendo cosas innombrables sólo por no cocinar.
4. No hay un cajón mágico donde meter la ropa sucia y que salga limpia.
Quien hacía todo eso y además se encargaba de plancharla y guardarla en el armario era tu madre.
5. Las facturas no se pagan solas.
La única alegría que trae el buzón son los catálogos y los folletos de chinos y pizzerías.
6. ¿Dónde meto todo?
No sabías la cantidad de importantísimas chorradas que tenías hasta que te ves obligado a dejar la mitad en casa de tus padres porque no caben en tu nuevo zulo.
7. Los bichos existen...
... y a veces se presentan en tu domicilio sin avisar. Nunca habrás sentido mayor escalofrío que al ver a la primera cucarachita corretear por tu cocina.
8. ¡Por fin libre! ... ¿Mamá?
Pensabas que te ibas a independizar pero tus padres están más preocupados que nunca. Unos meses después se relajarán y empezarán a disfrutar de estar sin hijos. Y entonces a ti te entrará morriña.
9. Olores.
Por fin entenderás qué significa "olor a cerrado" y la obsesión de tus padres por ventilar y usar ambientadores.
10. Se está mejor en casa que en ningún sitio.
Un fin de semana te acuestas a las cinco después de probar los bares de la zona, te despiertas pasadas las 15 horas, comes todo tipo de guarrerías y te pasas el día viendo pelis y bebiendo cervezas en tu salón con tus colegas. Entonces te das cuenta de que todo lo anterior merece la pena.