Quince cosas que empiezas a hacer cuando vives en Alemania
Alemania es el cuarto país del mundo con más emigrantes españoles. 122.000 personas procedentes de España residen actualmente en el país germano, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Ellos han tenido que hacerse con las costumbres del lugar nada más llegar. Comer y cenar temprano o entender su fascinación ante el mínimo rayo de sol no son las únicas barreras culturales que tuvieron que superar. Ahora sabrán que ser cuadriculado no siempre se traduce en ser eficiente y que a los alemanes les cuesta improvisar, pero cuando son leales lo son hasta límites insospechados. Así apuntan algunas de estas quince rarezas, que tras pasar un tiempo en tierras germanas resultan normales.
1. Jamás das dos besos al saludar. Siempre la mano.
2. Bebes cosas raras.
Crees que vas a incrementar tu consumo de cerveza y así es, porque es más barata que el agua. Pero también terminas bebiendo líquidos que jamás imaginarías. Algunas de ellas son: apfelschorle (zumo de manzana mezclado con agua con gas), glühwein (vino caliente con especias), Club Mate (refresco altamente excitante inspirado en el Mate argentino que no lleva mate pero sí mucha cafeína y mucha teína), Mezzo Mix (mezclar Coca-Cola con Fanta de naranja sin ser menor está socialmente aceptado) y Bionade (refresco que se suma a la moda de productos BIO. No sabe a nada, pero tiene varios colores).
3. Vas a devolver los cascos de la bebida.
Una vez ingeridos todos estos líquidos, regresas al supermercado cargado con las botellas vacías. Esa práctica (Pfand) que en España quedó en los 80 está a la orden del día en Alemania. Es ecológico y económico. Te dan hasta 25 céntimos por botella o lata, que has pagado previamente. En Alemania el índice de reutilización de una botella supera el 90 por ciento. En España no llega al 20.
4. La temperatura en la calle es de cinco grados bajo cero o inferior. Pero no te quedas en casa. Haces botellón si se tercia.
5. Emites continuamente un sonido gutural: Genau. Significa “exactamente” en alemán. Se usa para todo.
6. Es más normal desnudarse en público que saltarse un semáforo en rojo.
La relación de los alemanes con su cuerpo es muy distinta a la de la católica España. Dicen que es una herencia de su pasado comunista, pero lo cierto es que también ocurre en la Alemania occidental.
7. Cuando brindas lo haces mirando a los ojos.
Y dices prost. Si es el brindis de tu cena de empresa y sois treinta. Pues también.
8. David Hasselhoff es Dios.
Sin ironía. El vigilante de la playa ha vendido siete millones de discos a lo largo de una carrera musical, que tantas risas nos has proporcionado en España. La mayor parte de ellas en el mundo germanoparlante: Alemania, Suiza y Austria. Es entonces cuando dejas de entender el término kitsch con una broma.
9. Tratas de usted a cualquier persona que haya cumplido la edad de hacer la Primera Comunión.
10. ¿Qué apostamos? te parece un programa de televisión entretenido.
Es más, lo que ocurre en él te importa. SI cambian al presentador o el día de emisión. La longevidad del programa parece una más de sus pruebas. Wetten, dass… ? se emite desde antes de que en España lo presentara Ana Obregón. Toda celebridad que se precie tiene que acudir a él y humillarse en él, como en España a El Hormiguero.
11. Vas con el perro a todos los lados. El metro, un restaurante, un bar...
12 ...Vas al bar (con tu perro) a ver Tatort
Es una serie policiaca (El lugar del crimen) que se emite desde los setenta. Y se ve en grupo. Cada domingo, a las 20.15, nueve millones de personas lo hacen. Los bares utilizan pantallas de proyección que en España solo se ven durante los partidos del Mundial o Eurovisión. Christoph Waltz (Django desencadenado) fue su protagonista durante décadas.
13. Cuando entras en una casa ( a ver Tatort, por ejemplo) te descalzas sin pensártelo dos veces.
14. Contestas al teléfono pronunciando tu apellido. A tu madre también.
15. La bicicleta no es un sólo un elemento de ocio.
Es un medio de transporte legítimo (con sus multas de circulación incluidas). Ir en traje al trabajo pedaleando es habitual y no resulta para nada poco profesional.