El cargo de Cañete en la UE, pendiente de un cambio de cromos entre socialistas y conservadores
ENVIADO ESPECIAL A BRUSELAS. El futuro de Miguel Arias Cañete, que aspira a ser confirmado como comisario de Acción Climática y Energía, no podría estar más abierto. Su cargo depende ahora de una negociación entre grupos políticos europeos que también decidirán el futuro de otro comisario, en este caso socialista: el de Pierre Moscovici, candidato a hacerse con la cartera de Economía.
Tras la audiencia de este miércoles, en la que Cañete no consiguió despejar las dudas sobre sus conflictos de interés en relación al sector petrolero, los diputados de las comisiones de Medio Ambiente e Industria-Energía han decidido posponer a la semana que viene una votación preliminar clave para determinar su futuro como comisario. Lo mismo ocurrirá con el futuro del socialista francés.
Los 27 políticos que acompañarán a Jean-Claude Juncker en la Comisión están pasando por exámenes ante la Eurocámara y deberán ser votados en bloque en unas semanas, pero el dictamen de las comisiones parlamentarias es determinante. Indica si el candidato es nefasto y debe marcharse a su casa, si debe responder a una segunda tanda de preguntas o si es necesario cambiarlo de cartera. Cuando acabe ese proceso, el pleno de la Eurocámara decidirá sobre el conjunto de comisarios.
Los socialdemócratas europeos, que son determinantes en el acuerdo final, han pedido tiempo para estudiar un nuevo dictamen sobre la declaración de intereses de Cañete, ya que el candidato la cambió 24 horas antes de someterse a las preguntas en la Eurocámara. El cambio refleja un sueldo del partido (que el PSOE llama "sobresueldo") y que fue patrono de FAES, pero no aclara si su cuñado controla ahora las dos empresas petroleras de las que Cañete tuvo acciones hasta hace unos días.
EL PSOE VOTARÁ QUE NO, PERO ¿Y SU GRUPO POLÍTICO?
"No obtuvimos buenas respuestas del potencial conflicto de intereses de su familia y sus vínculos con la industria del petróleo", declaró este miércoles Kathleen Van Brempt, vicepresidenta de los socialistas europeos.
Tampoco la jefa de los socialistas españoles, Iratxe García, consideró que Cañete había pasado el examen. Por eso la delegación española ya ha decidido votar que no, independientemente de lo que finalmente hagan sus socios europeos.
Al tercer grado al que fue sometido Cañete ha seguido un tono muy similar hacia el francés Moscovici. Esta vez eran los populares los que tenían dudas y el examinado un socialista. Su punto débil es el control del déficit, asignatura pendiente de François Hollande.
"¿De que credibilidad dispone usted frente a su sucesor en París que pide hoy un nuevo aplazamiento para respetar los compromisos (de déficit)?", le espetó Alain Lamassoure, portavoz del PPE. A partir de ahí se sucedió un rosario de críticas hacia el candidato. Como las de los socialistas a Cañete, los ataques a Moscovici fueron coordinados y repetitivos. Una por otra.
"En su presentación de hoy, Moscovici no nos ha convencido en absoluto", ha dicho en un comunicado Burkhard Balz, portavoz del PPE.
Fuentes parlamentarias reconocen que la dinámica forma parte de un "juego de cromos" entre ambos partidos y aseguran que el futuro de Cañete está más que abierto. En su favor juega que otro comisario, el húngaro Tibor Navracsics, tampoco lo tiene fácil por ser el ministro de Viktor Orban que puso en marcha leyes represivas de la libertad de información. Al ser un candidato del PPE, si la atención se centra en él, Cañete podría respirar tranquilo.
Otros comisarios, como Jonathan Hill (Reino Unido) tendrán que pasar por un nuevo examen al haber naufragado en sus más de tres horas de preguntas.
La respuesta, en unos días.