El avión desaparecido descendió hasta los 5.000 pies para evitar los radares comerciales
El avión de Malaysia Airlines desaparecido el pasado día 8 con 239 personas a bordo descendió hasta los 5.000 pies de altura para evitar ser detectado por los radares comerciales, según indagaciones del diario singapurés New Straits Times.
El análisis de los datos del avión B777-200 ha revelado que descendió unos 1.500 metros para desaparecer del mapa de los radares mientras cambiaba de rumbo con destino a un paradero desconocido.
Los investigadores indican que este "enmascaramiento" había servido a la aeronave para sobrevolar la bahía de Bengala y dirigirse al norte.
"La persona al mando del avión tiene un sólido conocimiento de navegación y radares, dejó una pista limpia", ha declarado un funcionario bajo condición de anonimato al New Straits Times.
El vuelo MH370 salió de Kuala Lumpur en dirección a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció del radar unos 40 minutos después de despegar, aunque se cree que pudo volar varias horas más y sobre al menos dos países, además de Malasia, sin ser detectado, han señalado los expertos al medio singapurés.
Las autoridades malasias han pedido a una serie de países, la mayoría del sur y centro de Asia, que se incorporen a la búsqueda del avión de Malaysia Airlines después de que las investigaciones confirmasen que este aparato cambió de rumbo de manera deliberada y se dirigió al oeste.
NUEVAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Se cree que las causas de la desaparición del avión son: secuestro, terrorismo y problemas psicológicos o personales de alguien en el interior del avión.
Estos nuevos datos abrieron el fin de semana dos zonas de investigación: una franja que va del norte de Tailandia hasta Kazajistán y Turkmenistán, y otro corredor que parte de Indonesia y se adentra en el sur del océano Índico, al oeste de Australia.
El avión transportaba 227 pasajeros, incluidos siete menores, y una tripulación de 12 malasios.
La policía ha registrado el hogar del capitán al mando del avión, Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, quien construyó en su casa su propio simulador de vuelo, aunque no ha sido formalmente implicado en el presunto secuestro.