Nueve eurodiputados que volvieron por la puerta grande a la política nacional
Bruselas es un sitio donde hace mucho frío, se cobran cantidades astronómicas y se vive bien lejos del escrutinio público. Hasta aquí el tópico, concienzudamente alimentado tanto por la climatología como por decisiones políticas.
De que la Unión Europea puede ser un cementerio de elefantes, un retiro dorado para viejas glorias o políticos incómodos, dan buena cuenta las listas electorales. Repasando las de 2009 se encuentran sobrados ejemplos.
El cabeza de lista del Partido Popular, Jaime Mayor Oreja, llegó a Bruselas y Estrasburgo como vieja gloria en un momento en el que soplaban vientos de cambio en la calle Génova. Desde entonces, según su ficha parlamentaria, no ha redactado ni un solo informe, ningún documento de opinión, no ha enmendado ningún texto y ha formulado una sola pregunta, por lo que es uno de los diputados menos activos de la cámara. La lista conservadora cuenta con antiguos altos cargos y exministros (Pilar del Castillo, Díaz de Mera) o simplemente dirigentes que no encajaban en España (Carlos Iturgaiz).
Lo mismo ocurre con las listas del PSOE, con Juan Fernando López Aguilar y Ramón Jáuregui, dos dirigentes respetados pero fuera de la órbita de José Luis Rodríguez Zapatero en ese momento, la exministra Magdalena Álvarez (que pronto abandonó su cargo por uno mejor) o Carmen Romero, cuya trayectoria ha sido ensombrecida por el hecho de haber sido la esposa de Felipe González.
Sin embargo, tanto en las listas de los partidos mayoritarios como especialmente en las de los minoritarios hay ejemplos de eurodiputados que han rentabilizado el cargo y han demostrado que hay vida política nacional después de Estrasburgo. A continuación puedes comprobar nueve ejemplos de eurodiputados que volvieron por la puerta grande a sus países, una tendencia que según fuentes de la Eurocámara va in crescendo gracias a la mayor relevancia que ha ido adquiriendo poco a poco la institución.