Erdogan culpa a un "complot internacional" del escándalo de corrupción

Erdogan culpa a un "complot internacional" del escándalo de corrupción

AFP

Tres ministros turcos han dimitido tras ser detenidos sus hijos, pero Erdogan ha rechazado seguir sus pasos. El escándalo de corrupción en Turquía es resultado de una "complot internacional", cuyo objetivo es hundir la economía nacional, ha asegurado el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.

"Estamos ante un ataque, no ya a nuestro partido, el AKP, sino a toda la nación, un complot obvio, una maquinación", aseguró el primer ministro islamista en Ankara ante los presidentes de los consejos provinciales en un discurso transmitido por la cadena NTV.

Asemejó la investigación judicial a las protestas populares de Gezi en verano pasado, que calificó de "evidente traición".

"Es una conspiración internacional", abundó, señalando como motivos el deseo del "lobby financiero" de subir los intereses bancarios en Turquía y la envidia provocada por la prevista construcción del tercer aeropuerto más grande del mundo en Estambul.

Denunció que "los 9 días de investigación judicial han causado daños de 20.000 millones de dólares a las empresas turcas", al caer la Bolsa, y 1.625 millones al banco público Halkbank, cuyo director está entre las 24 personas en prisión preventiva.

El jefe del Gobierno no respondió al desafío de su ya exministro de Urbanismo Erdogan Bayraktar, quien le sugirió hoy que dimitiese también, por su papel de supervisor de los proyectos urbanísticos cuestionados.

24 DETENIDOS

Un total de 24 personas, entre ellos el director del banco público Halkbank, han ingresado en prisión preventiva, mientras que otros, entre ellos un alcalde del partido gubernamental AKP, y un multimillonario del negocio de la construcción, fueron liberados.

Los acusados son sospechosos de haber intervenido en la adjudicación de contratas urbanísticas ilegales.

Por otra, son acusados de negocios ilícitos, relacionados con el envío de importantes cantidades de oro a Irán, un esquema que evitaba las sanciones internacionales contra la República Islámica por su controvertido programa nuclear.

La reacción del Gobierno turco había consistido hasta ahora en ordenar el traslado o cese de un centenar de 100 jefes de policía y publicar una norma que prohíbe iniciar investigaciones bajo orden de la Fiscalía sin informar previamente a las jerarquías policiales superiores.

Las autoridades insinuaron además que la investigación se lanza en el contexto de una lucha de poder entre el partido AKP y el influyente movimiento del predicador Fethullah Gülen, también conservador religioso y durante años aliado de Erdogan.