Xavier Dolan: el niño prodigio del cine se hace mayor en Venecia (FOTOS)
VENECIA.- Cuando Louis Malle presentó a concurso Los Amantes (1958) en el Festival de Venecia tenía 26 años. El canadiense Xavier Dolan, a sus 24, compite con Tom à la ferme por el León de Oro en 2013. Lo hace frente a un Miyazaki a punto de la jubilación (72 años), a Amos Giati (63 años), Terry Gilliam (72 años) y Stephen Frears (72 años), entre otros. En su caso, la etiqueta de niño prodigio es tan manida como inevitable.
Con el que es su cuarto título, Dolan abandona la urgencia juvenil que le dominaba en sus primeras películas y se pasa al cine de género. Esta vez practica un thriller psicológico con una evidente y para algunos insolente carga homoerótica marca de la casa, que justifica su segunda etiqueta: enfant terrible del cine francófono.
Si hasta ahora se comparaba al director del drama transexual Laurence Anyways con Pedro Almodóvar o Gus Van Sant, su nuevo trabajo le aproxima a nombres como Roman Polanski y Alfred Hitchcock. Y es que Dolan adapta una obra de teatro de Michel Marc Bouchard, con claras referencias a la Patricia Highsmith de El talento de Mr. Ripley.
El relato comienza con la llegada del urbanita Tom a una granja aislada en medio del campo. Desea acudir al funeral del hombre que hasta ahora ha sido su pareja, pero descubre que la madre del fallecido no estaba al corriente de la sexualidad de su hijo. A partir de ese momento se las tiene que ver con Frances, el hermano mayor del muerto, un hombre agresivo que le fuerza a base de amenazas a mantener el secreto. También a quedarse en la granja de manera indefinida, extrañamente atraído por la presencia del visitante inesperado.
Pero el cambio de registro en Tom à la ferme no elimina del todo la personalidad cinematográfica de Dolan, quien imprime toda su fuerza visual a la película ayudado por la rotundidad del paisaje rural. La historia creada por Bouchard que el proprio director protagoniza en pantalla le permite insistir en la temática gay y vertebrar la historia a partir de la intensa dinámica que se establece entre los dos personajes principales, como ocurría en sus anteriores trabajos. Esta vez la relación entre ambos protagonistas está cargada de subtextos que coquetean con el sadomasoquismo.
La música de Jean Pierre Arquie y las localizaciones han sido claves para el director. “Quería una melodía que incorporara elementos extravagantes al thriller psicológico, como hago yo en la película”, explicó el lunes a la prensa el cineasta. Criado en el campo, en una zona de playa cercana a Quebec, Dolan ha tenido en su infancia una "relación equitativa entre lo urbano y lo rural", que le ha servido para jugar con "ciertos estereotipos visuales" en la película. “Ver huir a alguien a través de un campo de trigo crea ansiedad inmediata” -ha apuntado-. Buscaba un lugar cuyo aislamiento afectara al rodaje, pero sin que resultara excesivamente rural y típico”.
Buena parte de la crítica coincide en destacar que Tom à la ferme no es un perfecto ejercicio de estilo, pero también en que es el mayor logro fílmico del joven director hasta la fecha.