Esteban Ibarra sobre el saludo nazi de Giorgos Katidis: "Decir que no sabía el significado es creer que el resto del mundo somos imbéciles"
Minuto 84 de partido. Giorgios Katidis, jugador griego del AEK de Atenas, acababa de marcar el 2-1 para su equipo. Para celebrarlo, corrió hacia las gradas quitándose la camiseta y levantó el brazo haciendo el saludo nazi. Solo lo bajó cuando los abrazos de sus compañeros le impidieron seguir manteniéndolo en alto.
El futbolista ha sido duramente sancionado por esta acción. La Federación griega le ha apartado de por vida de la selección nacional. De nada han valido las disculpas de Katidis. El joven de 20 años alegó que no sabía lo que significaba el gesto y en Twitter, antes de eliminar su cuenta, afirmó que detestaba el fascismo.
Sin embargo, resulta difícil creer que se pueda vivir en tal ignorancia política en un país donde el partido de extrema derecha Amanecer Dorado continúa en auge. El partido tiene en estos momentos 18 diputados y las últimas encuestas sitúan ya a los neonazis griegos como tercera fuerza política, con una intención de voto superior al 15%.
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, no se cree las explicaciones del deportista griego. "Es un mentiroso", señala contundente.
"No saber qué significa un símbolo nazi con la proyección de voto de Amanecer Dorado en ese país es creer que el resto del mundo somos imbéciles", asegura.
El portavoz de Movimiento contra la Intolerancia reconoce que la sanción es "importante" pero recuerda que estos hechos "no se pueden permitir porque no es un símbolo cualquiera, es apología del nazismo, régimen responsable del holocausto en el que nuevas cifras hablan de hasta 20 millones de víctimas".
"Rememorar con ese gesto ese régimen no se puede pasar por alto", afirma.
"ASIGNATURA PENDIENTE EN EL FÚTBOL GRIEGO"
A pesar de la sanción ejemplar, Ibarra cree que el actual ordenamiento jurídico no impide que grupos neonazis tengan presencia en el fútbol.
"Es la asignatura pendiente en el fútbol griego, acometer los fondos ultras", señala Ibarra, que denuncia la gran "permisividad" que existe en este país hacia esos grupos.
Ibarra denuncia que los extremismos se están extendiendo por los campos de Europa. "Está creciendo el neofascismo con la crisis económica, en un momento en el que se construyen chivos expiatorios y se culpan a los colectivos más vulnerables. En los campos, amparados bajo el anonimato, este tipo de grupos tienen más posibilidades".
El presidente de la ONG reconoce que en España hubo un avance en este sentido con la ley contra el racismo en el deporte pero denuncia que su "debil aplicación está posibilitando que los grupos ultras tengan presencia en todos los campos".
"La ley es buena, pero hay que aplicarla", reclama Ibarra.
"SIMBOLOGÍA POPULAR"
El periodista Toni Cruanyes, autor del libro Un antídot contra l'extrema dreta (Un antídoto contra la extrema derecha), tampoco ve posible la versión del futbolista. "No creo que no sepa el significado de este gesto y menos en un país como Grecia, con el auge de la extrema derecha", señala.
"En las ruedas de prensa de Amanecer Dorado se ven continuamente esvásticas, cabezas rapadas, brazos en alto y mensajes extremos con declaraciones anti-inmigratorias", recuerda. Algo que hace difícil pensar que un joven futbolista de 20 años pueda vivir al margen de esta simbología tan popular.
Según el corresponsal de TV3 en París, el fútbol es un buen caldo de cultivo para expandir el mensaje nacionalista. "En estos momentos se vive una situación similar a la que se dio en los años 80 en países como Inglaterra, España o Francia", explica. En aquellos años en los campos proliferaron los grupos ultras, algunos con el beneplácito de los clubes, que más tarde trataron de ser erradicados con presencia policial en los campos.
"Durante mucho tiempo se creyó extirpado", recuerda, "pero la falta de controles policiales en este sentido podría provocar su vuelta", advierte.
Sin embargo, Cruanyes cree que la situación que se vive en Grecia "es muy particular", por lo que no piensa que el caso de Amanecer Dorado sea extrapolable a España u otros países europeos. "Es más probable que se asienten movimientos antisistema, movimientos populistas que no tienen que estar necesariamente vinculados a la extrema derecha", señala.
El periodista ve necesarios castigos ejemplares en este tipo de situaciones. "Los deportistas fascinan a los jóvenes y tienen un rol pedagógico muy importante", señala. "Hay que ser claro en la denuncia de estos símbolos racistas y castigarlos", concluye.