Los restos de Neruda serán exhumados para comprobar si fue asesinado por el Gobierno de Pinochet
El poeta chileno, símbolo del país andino, Pablo Neruda, murió de cáncer de próstata el 23 de septiembre de 1973. Al menos eso es lo que asegura la versión oficial, sin embargo en 2011 su antiguo chófer, Manuel Araya, denunció que lo que realmente ocurrió fue que el Gobierno dictatorial de Pinochet lo asesinó mediante una inyección letal.
El juez responsable de la investigación que se abrió tras las declaraciones de Araya ha determinado este lunes que la exhumación de los restos del escritor se produzca a finales de marzo o principios de abril, tras más de año y medio de litigio judicial. Las autoridades darán una fecha exacta en los próximos días.
Neruda murió doce días después del golpe de estado de Pinochet, en un hospital privado de Santiago de Chile, y pocos días antes de realizar un viaje que le llevaría a México, huyendo del nuevo régimen. Curiosamente, en esa misma clínica falleció en 1982 el expresidente democristiano Eduardo Frei Montalva, por un shock séptico tras una operación por una hernia de hiato, según informaron fuentes oficiales. En 2009 una investigación judicial confirmó que el político fue envenenado.
Según el exchófer del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, el Gobierno dictatorial quería evitar a toda costa que el poeta se exiliase y se convirtiese así en un símbolo para la oposición.
Los restos Pablo Neruda descansan junto a los de su tercera esposa, Matilde Urrutia, en el patio de su casa museo de Isla Negra, una localidad costera del centro de Chile, situada a 120 kilómetros de Santiago.