¿Quién dice que el cine es caro?
Hay tarifas planas para hablar por teléfono, para navegar por internet e, incluso, para ver series y películas en televisión desde casa. Pero lo último es la tarifa plana para ir al cine. Bajo el lema "¿Quién dice que el cine es caro?", las salas de El Punt de Cerdanyola (Barcelona), ofrecen desde el día 1 de enero una tarjeta con la que el espectador puede ir a ver todas las películas que quiera durante un mes.
Esta idea surgió en la cabeza de Pere Sallent, responsable de la empresa Full HD, propietaria del cine. Es su "respuesta" a la subida del IVA y al descenso en el número de personas que se acercan a sus salas. "La gente piensa en el cine como una forma de ocio demasiado cara", lamenta. Con esta iniciativa trata de fomentar "que los espectadores vuelvan", explica Sallent.
El empresario catalán espera convertirse en ejemplo para los otros propietarios de cines barceloneses y del resto de España. "Puede ser revolucionaria para potenciar la asistencia al cine, en un momento en el que el gran problema el la caída de la cantidad de espectadores que van a ver películas".
La tarjeta, a la que han llamado "El Puntàs", cuesta 22,50 euros, aunque su precio puede reducirse uno o dos euros si la compran varias personas a la vez. Con ella, el portador puede ver todas las proyecciones que quiera sin límite durante un mes.
Este modelo está bastante extendido en otros países de Europa, como Alemania o Reino Unido. En Francia el 20% de los asistentes a las salas de cine lo hacen portando una tarjeta de tarifa plana en la mano. "Lo que ofrecemos es un poco distinto, nosotros no exigimos una permanencia de un año como pasa en otros lugares", explica Sallent.
Los responsables del cine dicen que aún es pronto para hablar de resultados, pero lo cierto es que hasta el momento la aceptación de estas tarjetas "ha sido buena".