Angela Merkel logra el apoyo del 98% de su partido para aspirar a la reelección en 2013

Angela Merkel logra el apoyo del 98% de su partido para aspirar a la reelección en 2013

REUTERS

Ni rastro de críticas. Puede que en varias capitales alemanas la canciller alemana sea recibida con pitos y muestras de rechazo. Puede también que en Alemania se enfrente a una oposición férrea de la izquierda. En su partido, sin embargo, goza de un poder absoluto.

La canciller fue ratificada como presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con un abrumador 97,94% de los votos del millar de delegados presentes en el congreso de la formación, celebrado en Hannover (centro) y considerado el pistoletazo oficial de la campaña electoral.

En 2010, Merkel había obtenido ya el respaldo como líder del partido de más del 90 % de los votos de las bases, pero el de hoy la coloca a un nivel de incondicionalidad como la que tuvo Helmut Kohl, el patriarca de la CDU.

En un discurso de una hora volcado a elogiar la gestión de su Gobierno y jalonado con ocho minutos de ovación, Merkel definió la CDU que preside desde 2000 y su actual coalición con los liberales como una la "brújula firme" en los "tiempos turbulentos" que vive tanto la zona euro como el resto del mundo

"Vivimos tiempos turbulentos", apuntó Merkel, lo que no se limita a la situación de la euro zona, sino al resto del mundo, añadió, para citar entre esos exponentes de conflicto a Oriente Medio.

El congreso de la CDU es una especie de tregua "entre amigos" en la apretada agenda de la canciller, quien mañana mismo, en cuanto se cierre la cita, regresará a Berlín para recibir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El mundo atraviesa momentos difíciles, más allá de la persistente situación crítica en la zona euro, fue el mensaje de Merkel, para advertir a continuación de que nadie puede hacer "pronósticos serios" de cuándo se superará la crisis de endeudamiento.

"No hay que bajar la guardia. Tenemos que mantenernos alerta", dijo en relación a la zona euro, para apremiar de nuevo a avanzar en la regulación de los mercados y la implantación de una tasa a las transacciones financieras.

"Tenemos los instrumentos que necesitamos" para hacer frente a una crisis de la que "el euro saldrá reforzado", insistió Merkel, decidida a transmitir optimismo, ante la batalla electoral.

Entre esos instrumentos citó desde el pacto fiscal al fondo de rescate "como mecanismo a activar" cuando uno de sus miembros lo precise.

También el Banco Central Europeo está "dispuesto a actuar bajo precisas condiciones", añadió Merkel, para señalar a continuación que, por contra, no puede esperarse que la actual crisis pueda resolverse "de un golpe", tampoco con la emisión de eurobonos.

"La crisis no se resolverá de la noche a la mañana, porque no se originó tampoco de repente", dijo la canciller.

SUS SOCIOS LIBERALES, EN HORAS BAJAS

Como si estuviera ya de pleno en campaña, la canciller rompió una lanza a favor de sus socios de coalición, el Partido Liberal (FDP), tal vez motivada por la reclamación que esa misma mañana le había dirigido el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, de esa formación, al pedirle un pronunciamiento explícito de compromiso.

"En estos tiempos, ninguna otra coalición puede dirigir nuestro país hacia un futuro mejor", dijo la canciller, haciendo extensiva la imagen de solidez hacia un partido que no siempre se ha comportado como un aliado fácil, pero que sigue siendo su socio natural.

Los sondeos sitúan ahora mismo al FDP por debajo del listón mínimo del 5 % necesario para obtener escaños, lo que de trasladarse a los resultados de los comicios del próximo año la obligaría a tener que buscarse otro socio, incluso en caso de defender la CDU su condición de primera fuerza.

PEER STEINBRÜCK, CANDIDATO SOCIALDEMÓCRATA

La reunión de la CDU en Hannover será seguida el próximo domingo, en esa misma ciudad, por otro congreso, en formato reducido, del Partido Socialdemócrata (SPD), con el único objetivo de que las bases ratifiquen como candidato a la cancillería a Peer Steinbrück.

Steinbrück, que fue ministro de Finanzas en la primera legislatura de Merkel en gran coalición, es el único aspirante del SPD para luchar por la cancillería y el principal rival de la actual jefa del Gobierno.

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