Cumbre de la UE: Merkel frena la unión bancaria que Rajoy reclamaba para final de año
Parece un matiz. Una palabra que, de manera casi imperceptible para el ojo de casi cualquier lector, marca la diferencia. Que es el fruto de un combate que se libra por cada coma y en el que nada es inocente.
Alemania ha conseguido retrasar la unión bancaria que España, aliada con Francia e Italia, reclamaba para principios del año que viene.
La unión bancaria significa, en la práctica, una gran cesión de soberanía a la Unión Europea a cambio de cierta solidaridad. Cuando entre en vigor, los Gobiernos y reguladores nacionales dejarán de tener la última palabra sobre el control de los bancos para que sea el Banco Central Europeo quien se convierta en máxima autoridad. Tendrá poder sobre 6.000 entidades de la eurozona (la práctica totalidad de los españoles incluida). A cambio, el fondo de rescate europeo podrá recapitalizar directamente a las entidades de la eurozona sin pasar por los Estados.
Para el Gobierno de Mariano Rajoy, la recapitalización directa es de una gran importancia, porque los 40.000 millones de euros que anunció que pedirá a la eurozona comenzarán a llegar a partir de noviembre. Con el sistema actual, el dinero europeo llegará a la banca de todos modos, pero lastrando enormemente la deuda y déficit del Estado, ya que la ayuda se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Solidaridad, sí, pero también más deuda y déficit para España como país receptor. Como consecuencia de una deuda abultada, el Estado sería víctima de más desconfianza de los mercados y más especulación.
El nuevo acuerdo sólo modifica un par de palabras del texto de conclusiones que los líderes de los 27 llevaban bajo el brazo cuando entraron a la sala de reuniones de Bruselas. En vez de "completar" el "trabajo" sobre un "sistema financiero integrado" a "finales de año", lo que se hará es acordar el "marco legal".
Pero del dicho (el marco legal) al hecho (su aplicación), hay muchas cumbres.
NO TODOS GANAN
En palabras de Olivier Bailly, portavoz de la Comisión Europea, "los líderes de la UE confirman el compromiso de junio", pero "la puesta en marcha será gradual a lo largo de 2013". No especificar la fecha puede suponer un año de retraso, como quiere Alemania. El propio Mario Draghi, presidente del BCE, anunció que técnicamente el mecanismo no podría estar disponible hasta 2014. Pero Rajoy podrá decir que en diciembre se toma una decisión.
Angela Merkel, que dio su brazo a torcer frente a un órdago de Mario Monti y la complicidad de Mariano Rajoy y François Hollande, se sirve así su revancha. Berlín no quiere que la unión bancaria sirva para arreglar parte de esta crisis, sino que sirva como un elemento definitivo en la prevención de la siguiente. No quiere, en una palabra, pagar los platos rotos del sistema financiero de España, país al que de todos modos tendrá que ayudar con un nuevo rescate a través de la intervención en los mercados de deuda para rebajar la prima de riesgo.