Este es el puesto del AVE español en el ranking mundial de trenes más rápidos
Aunque los aviones continúan siendo el medio de transporte más rápido del mundo, los trenes han hecho grandes avances en velocidad y tecnología desde la era de la revolución industrial. Hoy en día, algunos trenes no solo alcanzan velocidades impresionantes, sino que también ofrecen una alternativa más sostenible al transporte aéreo.
Según datos de Statista y la plataforma de venta de billetes Omio, los trenes más veloces del mundo incluyen el TGV POS de Francia, que alcanza una velocidad operativa de 320 km/h y puede llegar a los 575 km/h; el KTX de Corea del Sur, con una velocidad operativa de 305 km/h y una máxima de 421 km/h; y el Golden Phoenix de China, que alcanza hasta 420 km/h, aunque opera generalmente a unos 350 km/h.
En este selecto grupo de trenes ultrarrápidos, el AVE español ocupa un destacado cuarto puesto. Los trenes de alta velocidad españoles, conocidos como AVE, tienen una velocidad operativa de 310 km/h y pueden alcanzar hasta 400 km/h en condiciones óptimas. Este puesto subraya la capacidad del sistema ferroviario español para ofrecer una experiencia de viaje extremadamente rápida y eficiente.
Una característica distintiva del sistema AVE es su extensa red de alta velocidad. Mientras que los trenes mencionados anteriormente suelen conectar la capital de un país con una o dos ciudades principales, el AVE cubre una vasta parte de España. Desde Madrid, el AVE se ramifica en cuatro grandes rutas, conectando no solo las principales ciudades como Sevilla, Málaga y Barcelona, sino también una amplia gama de destinos en todo el territorio nacional.
Además del AVE, otros trenes rápidos incluyen el Shinkansen de Japón, conocido como el tren bala, que alcanza una velocidad operativa de 320 km/h y puede llegar a los 400 km/h. Este tren es fundamental para conectar eficientemente las áreas densamente pobladas de la isla de Honshu.
En Europa, otros trenes rápidos incluyen el AGV 575, el ETR 1000 y el ETR 500 de Italia, todos con una velocidad operativa de 300 km/h y una máxima cercana a los 400 km/h. El ETR 1000 se destaca como el más rápido de estos, alcanzando hasta 394 km/h. En Alemania, el ICE opera a una velocidad operativa similar, sin superar los 370 km/h, mientras que el TGV en Bélgica también mantiene una velocidad operativa de 300 km/h, con una máxima que no excede los 370 km/h.