Juan Luis Cebrián, invitado en una televisión afín a Vox
El cofundador de 'El País' visitó el programa ultraconservador 'El Toro TV' y mantuvo una charla distendida con el presentador, en la que continuamente buscaban puntos de coincidencia.
El programa El gato al agua, tertulia política de la televisión ultraconservadora El Toro TV, contó el pasado 16 de diciembre con un invitado muy especial: Juan Luis Cebrian, cofundador y director del diario El País durante 13 años, y expresidente del grupo Prisa. En la página web de esta cadena, cuyos enfoques editoriales se alinean con la extrema derecha de Vox, se presenta como una “entrevista” el espacio dedicado a Cebrián, de 48 minutos de extensión. Pero lo cierto es que se asemejó más a una charla distendida en la que los dos anfitriones loaban la agudeza de su invitado, con el que continuamente buscaban puntos de coincidencia.
“Es motivo de esperanza que haya españoles de todos los hemisferios ideológicos dispuestos a hablar y ver lo que tenemos en común. Y precisamente a esto venía nuestro invitado de esta noche.” Así introdujo a Cebrián el conductor de El gato al agua, José Javier Esparza, periodista y autor de ensayos de supuesta divulgación histórica como El terror rojo en España, que como deja entrever en su título presenta la II República española poco menos que como un régimen genocida. El historiador franquista Pío Moa, conspicuo ideólogo del revisionismo sobre la República española y la guerra civil, alabó el trabajo de Esparza como “el más completo y ordenado publicado hasta hoy” sobre la materia.
Sentado en el mismo plató que Esparza y Cebrián, hizo los honores el presidente del Grupo Intereconomía, Julio Ariza; no en vano la cadena El Toro TV pertenece a este entramado mediático y es heredera de la extinta Intereconomía TV.
Ariza militó y fue diputado autonómico del Partido Popular de Cataluña bajo la presidencia de Alejo Vidal-Quadras, pero rompió el carnet después de que, en 1996, José María Aznar firmara con Jordi Pujol (CiU) el conocido como pacto del Majestic.
Lo que no se rompió fue su amistad con Vidal-Quadras, quien, tras cinco años como europarlamentario del PP, abandonó el partido para fundar Vox como presidente provisional y ser candidato de esa formación –fallido, pues no obtuvo escaño― en las elecciones europeas del 2014.
El propio Ariza aceptó en abril del 2019, como símbolo de su apoyo a la formación de extrema derecha, cerrar la candidatura de Vox en la provincia de Barcelona en las elecciones generales. De sus excelentes relaciones con el presidente de Vox, Santiago Abascal, da fe el hecho de que incluso protagonizaron juntos una conferencia en Gijón por invitación del diario La Nueva España, propiedad del grupo Prensa Ibérica.
El contexto de la charla-entrevista con Cebrián, celebrada el pasado viernes, era prometedor. La semana se cerraba con el pulso entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la derecha política, judicial y mediática a cuenta de la supresión del delito de sedición, la reforma de la malversación y, sobre todo, el cambio legal para facilitar la renovación del Tribunal Constitucional, junto a la tentativa del bloque conservador de este organismo de despojar a las Cortes de su poder legislativo.
Acaso porque sus compañeros de tertulia no reparaban en epítetos, Cebrián insistió en su teoría sobre la eclosión de una “democracia totalitaria” que no respeta la separación de poderes, y apuntó que la sociedad civil española se debería movilizar para frenar esta presunta degradación institucional. Por lo demás, no ahorró críticas a Sánchez –“es el presidente del Gobierno que más ha dividido a los españoles”― ni a Podemos: “Todo el mundo sabe que incorporar al Gobierno a partidos antisistema es el primera paso para agredir a la separación de poderes y a la estabilidad del sistema”.
Visiblemente satisfecho, Ariza sacó pecho por haber contado en El gato al agua con tan augusto invitado: “En los veinte años que llevamos haciendo televisión, Juan Luis Cebrían no había estado en esta casa. Evidentemente, es una persona muy alejada de la línea editorial que defendemos habitualmente aquí.” De su semblante no cupo deducir ironía alguna.